LA REVOCATORIA EN GIRARDOT:
RAZONES Y SINSABORES
RAZONES Y SINSABORES
“En la vida no existen soluciones.
Existen solo fuerzas en movimiento.
Es preciso encontrarlas y las soluciones vienen atrás.” Antoine de Saint-Exupéry.
Edificio de la alcaldía municipal (Girardot -Cundinamarca). |
Es imposible iniciar este artículo sin marcar terminantemente que los
últimos dos periodos de gobierno, con sus respectivos alcaldes, son los
episodios más desafortunados para Girardot en su historia contemporánea.
Reiterada mi posición, voy a referirme a la revocatoria del mandato del
próximo 24 de septiembre. Revocatoria
que es necesaria como “pedagogía política”, pero que no marca un cambio de
rumbo real como el que prometen sus promotores e impulsadores.
En nombre de la Democracia se le ha mentido al pueblo sistemáticamente,
elección tras elección; y esta no es la excepción.
¡Dignidad, orgullo, vergüenza, honor!, palabras blandidas para incitar
al pueblo a votar en favor de la revocatoria.
La única vez que los Mesías recuerdan la palabra Democracia es para
invitar a votar a su favor.
Tengo ante esta revocatoria dos posiciones antagónicas, que, por
serlas, no dejan de ser coherentes y admisibles. Observo una situación práctica y, por otro
lado, una condición que envuelve conceptos morales y éticos dentro de una “pedagogía
política”.
Debo advertir, y voy a arriesgarme a hacerlo, que dudo que ese día se
lancen a la calle más de diecinueve mil personas a votar; miles de ellas no
tendrán las prebendas a las que los corruptos las han acostumbrado periódicamente.
No se llegará al número de votantes que se exige (19.172 votos) sencillamente
porque la maquinaria no está funcionando en ese sentido.
Empecemos por la práctica. No es
cierto que ganando la revocatoria del mandato y eligiendo un nuevo alcalde la
situación actual del municipio vaya a mejorar. Y no es cierto por razones
claras y evidentes.
La más relevante es porque no existe ninguna posibilidad de que un
candidato fuerte, con un programa de gobierno serio vaya a desgastarse para
gobernar, en teoría, dos escasos años, con unas arcas harapientas. (Lo que sí existen son dos años de gracia
para aceitarle la maquinaria al “jefe”, y que éste gobierne los cuatro años
siguientes).
La segunda razón es que, hasta hoy, no se vislumbran personas
diferentes a aquellas que durante años se han formado en escuelas políticas
sospechosas, difusas, sectarias, retaliadoras, megalómanas, inhumanas y
depredadoras del erario.
No ha llegado la renovación para esta época, lo que conlleva a un
continuismo; el que ha gobernado nefastamente en las no se cuántas
administraciones. No es coincidente que
los dos últimos alcaldes de Girardot se encuentren privados de la libertad y
hacia sus antecesores existan infinidad de puntos suspensivos con demasiados
signos de interrogación.
Mi tercer punto es que ya está encima la Ley de Garantías. Se vienen las elecciones para Congreso (11 de
marzo de 2018) y la primera vuelta para Presidente y Vicepresidente (27 de mayo
de 2018). Lo anterior quiere decir, tal
como se advierte en la Circular Externa N° 24, de Colombia Compra Eficiente, que
“(…) a partir del 11 de noviembre de 2017
y hasta la fecha en la cual el Presidente de la República sea elegido, (…) alcaldes
municipales (…) tienen prohibido celebrar convenios interadministrativos
para ejecutar recursos públicos (…)”. (El subrayado es nuestro).
Ahora hablemos del punto de vista moral y ético dentro de lo pedagógico.
Es importante que el pueblo conozca que el Estado tiene herramientas
para que las utilice como garantes de una Democracia sana. Y la revocatoria del mandato es una de ellas.
“Es un derecho político, por medio del cual los ciudadanos pueden dar por terminado el mandato que han conferido a un gobernador o alcalde.”
Cuando el pueblo determine que las mentiras de
gobierno abundan y amenazan su prosperidad y felicidad, ahí está la revocatoria
del mandato. No antes de un año de haber
comenzado y antes de un año de terminar periodo.
En el caso de Girardot, si lo que se pretende es protestar contra la
degradación de la administración pública, la corrupción rampante, el tráfico de
influencias, la incapacidad de sus funcionarios, el despilfarro, el auge del
desgobierno, votar la revocatoria es una opción excelente que empodera al
ciudadano entregándole atributos que ninguna otra figura constitucional le
puede ofrecer.
Pero lo que debo advertir es que después del
ejercicio pedagógico que conlleva principios morales y éticos, en este caso
específico, después del arado ningún fruto sano va a brotar. Explicado está.
Y no soy incoherente como me lo quiso hacer ver un ciudadano. El ejemplo es sencillo. Hay una enfermedad, un enfermo y un
medicamento. Determinada medicina para
el cáncer funciona perfectamente para un paciente que recién comienza su padecimiento;
pero la misma medicina es inútil para aquel que ya presenta metástasis.
Girardot ya hizo metástasis y en este caso puntual, los Mesías
solamente ofrecen placebos que alejan al pueblo del cambio de comportamiento
político que debe darse, ofreciendo las repetidas estructuras oxidadas y
vetustas que continúan obstaculizando el progreso.
¡También anhelo que cese la horrible noche!, pero iluso no puedo ser.
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