GIRARDOT
A FUEGO LENTO
“Previsión es la dirección que el líder tiene. Una vez que pierde esta
dirección y los acontecimientos comienzan a forzar su mano, es líder solamente
de nombre. No está dirigiendo; está reaccionando a los acontecimientos
inmediatos y probablemente no continuará siendo líder por mucho tiempo (…).” Robert
K. Greenleaf.
El exiguo cuerpo de bomberos de Girardot. |
Es inevitable que cuando se habla del cuerpo de bomberos de Girardot llegue a mi memoria el día en que llegaron a nuestra casa a las doce de la noche por un conato de incendio, y uno de ellos me preguntara despreocupadamente: “¿Ustedes tienen una linterna?
Después de cinco o seis años, nada ha cambiado.
No conozco a la directora de
Prodesarrollo, Tatiana Arciniegas Cocoma, como tampoco presencié su exposición
en el recinto del concejo municipal.
Preferí escuchar la grabación y hubo posiciones, explicaciones y
justificaciones que no me satisficieron.
Hablar sobre el cuerpo de bomberos de
Girardot puede dar para hablar de todo…y no hablar de nada. Pero hay un punto que sobresale de entre los
demás y es el de la capacidad técnica, operativa y humana que tiene para
atender incendios.
Fue reiterativa la directora en mencionar que se trabaja con las uñas y que
no ha existido “voluntad política”
por parte de la administración municipal, por ejemplo, para apoyar a los
bomberos de Girardot.
No descubre que el agua moja cuando denuncia que han
pasado dos administraciones en que la Secretaría de Hacienda no los ha
ayudado. Normal; si la prioridad de esa cartera nunca pareció que
fuera trabajar para el beneficio de la casi ciudad.
Pero detrás de ese señalamiento y esa abnegación
estoica hay que preguntar ¿cuál ha sido
la influencia de la directora de Prodesarrollo para mejorar las condiciones deplorables que exhibe
la entidad hoy?
Porque un gerente eficiente que le
toca “bailar con la más fea”, si es
inteligente, antes de aceptar el cargo ha auscultado y diagnosticado qué
herramientas tiene para el éxito de su gestión;
y visto así solo existen dos posibles escenarios para aceptar una empresa decadente y acéfala desde lo más
alto de su estructura: o tiene toda la intención y posibilidades de alcanzar
logros significativos que fortalezcan a la empresa en sí o sencillamente va por
el sueldo, haciendo una que otra cosa
que parezca que se cumple con las funciones establecidas. ¿Cuál de las dos aplica para este caso?
Defender a la empresa, como lo llama
ella, no es batirse en franca lid contra quién pregunta y asevera anomalías de ella. Defender a la empresa es gestionar ante todo
el mundo la dotación, la maquinaria y las herramientas que son las que realmente
protegen la vida de los bomberos. Mientras ellos “trabajen con las uñas” y ella lo permita, el riesgo que se corre
con la integridad física de todos ellos es incalculable.
Defender la empresa es hacerla eficiente
para que cumpla su objetivo primordial.
Salvar vidas.
Se equivoca la directora cuando
menciona que no hay que buscar culpables sino encontrar soluciones. Indudablemente que hay que buscar las
soluciones pero si es importante determinar responsabilidades. ¿O de lo
contrario, para qué “compartir
responsabilidades”?
En un país en donde reconocer errores
o renunciar por equivocaciones que se oponen a sanos comportamientos o
procedimientos, no es normal, determinar
y establecer los culpables si es necesario.
Porque los actos negligentes, abusivos, arbitrarios o dolosos que puedan
originar una tragedia, pueden incluso ser
motivo de una investigación judicial.
Bajo el suave tapiz de la oratoria no podemos preferir las soluciones a
los culpables. Los dos elementos son
igualmente importantes y a ambos hay que dedicarles el tiempo suficiente.
Existen gerencias en cargos públicos
que exigen unas competencias indispensables para el buen desarrollo de la
empresa que se dirige. Ya que cualquier
omisión por la ignorancia en el tema puede
provocar una tragedia que pudo prevenirse o
evitarse según la manera como se maneje.
La razón de ser del cuerpo de bomberos
en cualquier ciudad del mundo es apagar incendios. (Las avispas, los gatitos, el aseo
pueden re direccionarse). Por eso me parece traído de los cabellos que
cuando en el concejo municipal se mencionó que algunos establecimientos que se
han visto afectados por el fuego no contaban con las normas básicas de
prevención, la directora de Prodesarrollo filantrópicamente señalara que “(…) aun así atendimos el siniestro”.
De ser así, acaso ¿no era más diligente
haber sancionado a estos establecimientos de comercio, antes que sugerir que la
atención ante un desastre es una opción de los bomberos? ¡Error de qué tamaño!
Bomberos con sobrepeso, posiblemente
con problemas respiratorios, máquinas depreciadas y limitadas, herramientas
insuficientes, un ambiente laboral que no queda claro, una entidad que no se encuentra
registrada ante la Unidad Nacional de Bomberos, ausencia por parte de la
administración municipal y una comunidad que no dimensiona el riesgo de no
tener un cuerpo de bomberos eficiente para lo más importante, extinguir incendios, convierte
a Girardot en un pueblo a bajo hervor.
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