lunes, 23 de enero de 2017




El  Consejo Municipal de Cultura de Girardot


IGNORADO  Y HUMILLADO


“El Consejo Municipal de Cultura simplemente fue un ente creado con todas las formalidades para llenar un requisito de ley.  El cual brilló por las falsas promesas del ente administrativo, que nos puso a nosotros, los integrantes, a ilusionarnos con lo que podríamos lograr desde el  sector que representamos". Orlando Barragán Bergaño - Arquitecto.











“Los alcaldes y concejales que han manejado Cultura han tenido la desfachatez de echar al olvido el Consejo Municipal de Cultura". Irinarco Perdomo. - Poeta.

“El Consejo de Cultura de Girardot es un ente con letra muerta y sueños rotos". Tulia Elcy Sánchez  M.- Empresaria.

“Solamente tengo que decir sobre mi participación en los Consejos Municipales de Cultura de Girardot…eso fue sembrar en un desierto.  Sin ninguna gota de agua de parte de la Administración Municipal.” Armando García. - Gestor Cultural.

“El Consejo de Cultura de Girardot para mí no funciona.  Y nunca ha funcionado porque he tenido referentes con respecto a su mal manejo; en sus reuniones. En el respeto por el mismo consejero de cultura, desarrollando  las actividades en un antro, en una parte que no se acomoda a lo que él representa.  Entonces para mí no existe el consejo de cultura”. Bárbara León. - Fundadora Club de Lectura de Girardot.

Hay empleados públicos que improductivamente deambulan cerca a los entes que se les encomienda, de manera vegetativa.

El dinero que reciben  del  municipio los  mantienen  agarrados al cargo; ni siquiera la dignidad, aquella que desearían arrancarle a los demás, la tienen para renunciar  y no perjudicar a la sociedad, ni torpedear  la posibilidad  de construir ciudad, como en este caso,  a través de la Cultura.

El Consejo Municipal de Cultura de este periodo, como en otros,  tampoco funciona; porque la Coordinación de Cultura no tuvo representante que la engrandeciera  el año anterior. Fue una  fantasmagoría. 

No  funciona porque no es eficiente quien dirige el Instituto Municipal de Turismo, Cultura y Fomento.   Ambos  conformaron el coro perfecto en donde la palabra “inoperancia” se repitió incesantemente.

Y no es un embeleco; la Ley 397 de 1997 en su artículo 60 trata sobre los Consejos Municipales de Cultura; representantes de la sociedad civil empoderados para concertar con el Estado, liderando y asesorando al gobierno municipal, “en la formulación y ejecución de las políticas  y la planificación de los procesos culturales.”

Evidentemente ese acompañamiento que la ley pide en Girardot no ocurre. No participó en la organización del Plan de Desarrollo 2016-2019 por su nombramiento tardío; solo hasta el mes de agosto. Propinándole un puntapié a la intención de crear escenarios incluyentes para que aquellos inmersos en la Cultura  modifiquen la estructura endeble y anquilosada de nuestra regresiva y retardatoria   realidad cultural.

Un Consejo Municipal de Cultura  integrado por algunos contratistas o ex contratistas de la alcaldía de Girardot; aunque  la Ley no lo prohíbe es un acto que por transparencia, equilibrio y ética no debería permitirse.  Por otro lado el  representante de la comunidad educativa que ordena la Ley, no existe. 

Todo con él es abusivo, grosero y desproporcionado.  Reuniones en salones sucios, aromatizados con los más añejos aromas excrementales, en donde se debe escribir bajo la luz de un teléfono celular; aturdidos por el bullicio callejero de traganíqueles vociferantes  como monstruos “multi-lenguados”;  son los  sitios en donde la coordinadora de cultura, Johanna Amórtegui, exige adelantar  las reuniones, aunque existan salones  disponibles  propicios ya asignados,  cómodos y con aire acondicionado.  Por alguna razón desconocida se prefiere la porquería.

¿Será que el hecho de que los consejeros de cultura se ofrezcan  a trabajar sin remuneración alguna, los ubica  irremediablemente en la cloaca de la sociedad? ¡Paradójico sería!

Pero hay algo más absurdo en todo este sainete; la coordinadora de cultura fue en alguna época consejera de cultura de Girardot.  ¿Qué la motivó a maltratar a los consejeros de cultura actuales? ¿Qué la impulsó a programar dos reuniones en menos de dos semanas para incumplirlas? (7 y 15 de diciembre). ¿Será desconocimiento de sus funciones como secretaria técnica del Consejo Municipal de Cultura?

María Consuelo Méndez Méndez, asesora en  la Dirección de Fomento Regional del Ministerio de Cultura, escribe sobre algunas características de la secretaria técnica: “(…) generar condiciones para hacer más efectivo el desempeño del consejo. (…) la secretaría técnica orienta, convoca, motiva, apoya, recoge y registra la tarea del consejo. Su rol, en síntesis, dinamizar este espacio de participación, para lo cual debe facilitar la participación en las reuniones, garantizar la logística para el desarrollo de las mismas, presentar informes de su gestión, promover la capacitación de los integrantes del consejo (…).” 

Por si no entiende, “Para realizar un trabajo colaborativo entre la institucionalidad y la comunidad cultural, se requiere que cada una de las partes tenga una actitud favorable a la participación y una disposición permanente a la concertación.”

Algunos consejeros de cultura de periodos anteriores  nos ratificaron que el Consejo Municipal de Cultura es un adefesio inservible y mentiroso.

El alcalde Arbeláez debe confrontar esta situación y hacer los correctivos necesarios para enderezar esta entidad y construir sobre los escombros de la clase politiquera y sus criados.  Él debe comprender que la Coordinación de Cultura necesita una renovación que inyecte  trabajo, mucho trabajo,  que inunde a la casi ciudad de la Cultura que hoy se atropella.
Esperar los nombramientos…


Nota del editor: Todos los entrevistados fueron consejeros de cultura de Girardot en periodos anteriores,  a excepción de Bárbara León, fundadora del Club de Lectura de Girardot.

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, cómo podemos revocar o dejar insubsistente a esos pésimos funcionarios?

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  3. César buenos días. Como primera medida gracias por su comentario; bienvenido al blog. Revocar el nombramiento solamente lo puede hacer el alcalde de turno; pues estos visitantes no son elegidos por elección popular, sino de manera amañada, es decir la mayoría de las veces son los favores devueltos por los favores recibidos; de otra manera no se entendería como los ratifican o vuelven a nombrar sin mostrar resultados exitosos. La participación de la ciudadanía, construyendo ciudad a través de la Cultura, sin contemplar la idea de mendigarle al gobierno municipal es la alternativa más cercana; tenemos la posibilidad, aunque no es lo ideal, de reemplazar la ineptitud y la displicencia administrativa con trabajo, proactividad, pasión, amor, compromiso y afinidad en lo Cultural. La protesta panfletaria y repetida en sus modelos desgastados, debe eliminarse para que de paso a la construcción de ciudad con trabajo, con pedagogía, arraigo y mucha sensibilidad. El momento no da para elucubraciones románticas sino para acciones decididas. La sociedad civil es más eficiente.

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