GIRARDOT Y BOGOTÁ SON GEMELAS
“Sí yo hiciera mi mundo todo sería un disparate. Porque todo sería lo que
no es. Y entonces al revés, lo que es, no sería y lo que no podría ser si
sería”. Las Aventuras de Alicia en el País de las
Maravillas.
La creación literaria
es generosa en si misma por la licencia que otorga al autor de convertir la
realidad en un cuento fantasioso, o la fantasía en algo tan palpable que puede,
en el imaginario del lector, convertirse en la mejor de las realidades.
No sucede lo mismo en
la política. La política, no la
politiquería, exige ante todo y con severidad por quien la practica una actitud franca frente a
la realidad. Aquí no caben las
invenciones, las presunciones o suposiciones.
El pueblo necesita conocer su verdad y nada más. De allí que Platón en su obra “La República”
señalara que es a través de la
observación de la realidad que se debe gobernar un pueblo.
Revista Semana en una
de sus ediciones de abril publicó un especial titulado “25
veces Colombia”. En él presenta en
sociedad a 25 municipios del país, entre
ellos a Girardot.
En las seis páginas que
nos dedican (páginas 150-155) esperé encontrar más actualidad y menos
historia acompañada de deseos. Pero
bueno, al final hay municipios como el nuestro en los que la historia pasada
termina siendo nuestro orgullo presente y los deseos la mejor oportunidad para
manipular necesidades.
Pero a partir del momento
en que leí las seis páginas impresas sobre papel brillante y una diagramación
moderna con la cantidad suficiente de color, hubo una frase del alcalde de
Girardot que logró que mi realidad ciudadana, desde ahí, se debata entre la
subjetividad, la relatividad y la
parodia.
“El gran atractivo de
Girardot es que tiene todo lo que tiene Bogotá (…).” Frase contundente que por su
misma connotación el editor la resalta
especialmente sobre el costado derecho de la página 155.
No pude menos que sorprenderme. Me ocurrió lo mismo que cuando en el proceso
de la tan mencionada e invisible
Política Pública de Turismo, alguien habló de los más de sesenta sitios
turísticos que ofrece Girardot.
Pero como de tanto
repetirse que no reconocer nuestras virtudes
como ciudad nos ubica en el renglón de los inadaptados, negativos y
maledicentes, me puse en la tarea de buscar similitudes importantes entre la
capital de Colombia y nosotros, la otrora “Ciudad de las Acacias”.
Con esto me encontré,
palabras más palabras menos, un número menos o un número más. Espero no incurrir en inexactitudes numéricas
que puedan alterar nuestra semejanza con la capital de la República. (Por la extensión de la
columna lo invito a usted, fiel lector, a que mentalmente haga el comparativo).
Bogotá tiene
aproximadamente 165 bibliotecas (Red Capital de Bibliotecas Públicas), 139
librerías, 112 instituciones de educación superior (entre Instituciones Técnicas
Profesionales, Instituciones Tecnológicas, Instituciones Universitarias o
Escuelas Tecnológicas y Universidades); 17
importantes teatros de arte escénico, 6 prestigiosas salas de concierto, 10
salas de cine- arte alternativo, 50 museos, bibliobús y alguito más.
De los eventos que se
programan anualmente, institucionalizados
con fechas establecidas, están por
ejemplo La Feria Internacional del Libro, el Festival Iberoamericano de teatro
de Bogotá, muestras internacionales de cine, Eurocine,
Festival Internacional de Jazz, Feria de las Colonias, Festival de Cine
Francés, Festival de Cine de Bogotá.
Además de haber sido proclamada por la UNESCO la Capital Mundial del Libro en el 2007.
Tres clubs de fútbol de
primera división y dos estadios de primera categoría; parques de escala metropolitana, regional,
zonal, vecinal y parques de bolsillo.
Y si hablamos de
cultura en el parque encontramos festivales de
música al parque, Hip Hop al parque, Salsa al parque, Ópera al parque…y sigue.
A estas alturas creo
que ustedes ya realizaron el ejercicio comparativo con nuestra ciudad y tienen
sus conclusiones. No sobra decir que el
enfoque no analiza los números per cápita, sino diversidad y
organización.
Aquí es en donde me
asaltan esas tres palabras convertidas en monstruos vivientes que intentan
confundir mi buen juicio.
Respeto la subjetividad
de quien ve lo que quiere ver -o que como un ilusionista- pretende hacer ver a
los demás lo que él necesita; pero se me
aparece la relatividad, que siendo científicamente precisa, en comparación con la
subjetividad, puede terminar en lo mismo; todo depende del movimiento de quien
observa; todo termina siendo relativo de
acuerdo a las intenciones del protagonista.
En el sentido estricto
de la frase que aquí nos tiene, parodiar a Bogotá desde nuestra ciudad más que
un despropósito puede llegar a ser la más sana y honesta intención de divertirnos. ¡Me quedo con esta!
Es posible que en medio de la jocosidad, la sorna y el
desparpajo los girardoteños descubran su verdad. Puede llegar a ser incluso un sistema
innovador de gobernar.
Publicado mayo 2016
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