VIACRUCIS POR GIRARDOT
La imagen y la preservación del entorno urbanístico es un principio sine qua non para cualquier población que pretenda ser valorada y atractiva turísticamente.
Girardot, que en las últimas décadas ha perseguido ese sello de recordación, sin espera alguna debe hacer un inventario y reconocimiento de su patrimonio arquitectónico, aquel que todavía existe, y de inmuebles y vías principales concurridas frecuentemente por sus pobladores y visitantes.
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CASA ALEDAÑA A LA ZONA ROSA |
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CASA DENTRO DE LA ZONA ROSA |
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ENTORNO DEL EMBARCADERO TURÍSTICO |
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ENTORNO DEL EMBARCADERO TURÍSTICO |
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EMBARCADERO TURÍSTICO |
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ENTRADA A GIRARDOT |
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SOBRE EL CAMELLÓN DEL COMERCIO GIRARDOT |
La belleza, sin lugar a dudas, se convierte en un complemento refrescante junto a la diversión, el sol y el paisaje que, todo junto, se confabula a favor de quienes nos visitan y recomiendan con agrado y convicción.
No podremos nunca ascender a los primeros lugares como destino turístico nacional, si nos negamos a observarnos, mejorar y corregir lo necesario. El progreso necesita de humildad para florecer.
La ciudad colombiana es el reflejo de la riqueza y la pobreza, del bagaje cultural, de la injusticia social, de la segregación, de la exclusión, de la producción intelectual, de la lucha por la supervivencia diaria, de las pasiones y los odios, de las huellas de la violencia y de la juventud que caracteriza nuestro país, así se debe entender y sobre esas particularidades se deben crear nuevos espacios en donde haya un lugar digno para todos.
ResponderEliminarLo cual implica dar validez a la participación política, a la construcción de la ciudad a partir de lo local, de niveles donde el ciudadano común tenga acceso a las decisiones y donde las personas aprendan a utilizar su derecho a ser ciudadanos. Así entonces la construcción de ciudad es también un problema de aprendizaje de convivencia social y participación política. Si se habla de la ciudad como un espacio social, entonces su construcción se debe hacer a partir de la formación de ciudadanos, creando espacios de concertación y participación será más fácil la tarea de producir espacios físicos menos agresivos y excluyentes. No es posible hablar de ciudades ordenadas si el orden no caracteriza al conjunto social que las habita; orden que implica: oportunidades de trabajo, recreación, salud y educación y una adecuada administración pública, donde la democracia sea más que una palabra consagrada en una constitución política.
Lo que requerimos actualmente es ser más sensibles al sentido común y actuar de acuerdo con nuestras circunstancias.