viernes, 17 de abril de 2015



PEOR QUE AVESTRUCES Y CANGREJOS



“6. La prensa, y en particular la prensa especializada en turismo, y los demás medios de comunicación, incluidos los modernos medios de comunicación electrónica, difundirán una información veraz y equilibrada sobre los acontecimientos y las situaciones que puedan influir en la frecuentación turística.”  Código Ético Mundial Para el Turismo. 




EMBARCADERO TURÍSTICO DE GIRARDOT
  
                                                                                                                          
Nunca ha existido  una oportunidad tan clara y una necesidad tan apremiante para que los girardoteños analicen su presente y futuro económico como la presentada en los primeros cuatro meses de este año.
La Fiebre Chikungunya afectó a la población de Girardot dejando como resultado, dos días antes de Semana Santa, 8.447 infectados reportados.
Junto a esta situación nueva para nosotros, la disminución evidente de visitantes en los primeros tres puentes festivos de este año, señala un estado particular  de situaciones, que observadas con ligereza y pereza mental, concluyen que la baja afluencia de visitantes es responsabilidad de los medios de comunicación que informaron sobre la situación que vivíamos al igual que otros municipios del país.(No hubo campaña de la alcaldía ni de los “prestadores de servicios turísticos” contrarrestando la “mala publicidad”).
Explicación simplista y recurrente en busca de chivos expiatorios que esconde la realidad.  Lo que veo es una casi ciudad abocada a restringir sus oportunidades de ingreso exclusivamente a un renglón económico impuesto por pésimos gobernantes y mal administrado desde sus inicios: el turístico.
Después de haber contado con industrias que aportaban progreso como Postobón o Bavaria, chapaleamos basando nuestra economía local en unos cuantos días que, por su cantidad, no ofrecen un poder adquisitivo decente ni oportunidades laborales que dignifiquen la vida de cientos de familias.
Un ejemplo cierto.  El calendario registra para este año 17 fechas festivas, que a lo sumo, representan 50 días de “movimiento turístico”; que sean 70 días.  ¿Puede y merece una familia vivir con lo que recaude 70 de 365 días que representa un año?  ¿Con eso mismo viven nuestros alcaldes, concejales, secretarios de despacho?  ¿Son esos los ingresos que han  devengado y el dinero que se han llevado los alcaldes que han desvalijado nuestro municipio por turnos?  ¿Acaso es esto a lo que aspiran nuestros candidatos después de “invertir” mil o dos mil millones de pesos para hacerse elegir?
La oportunidad es para actuar. Entender que no debemos continuar depositando  esperanzas en una falacia como lo es nuestra vocación turística.  Tenemos potencial turístico pero no la vocación que nos ubique aún como un referente próspero del sector turístico, ni siquiera del centro del país.
Es imperativo atraer inversión industrial y comercial.  Propuestas que ofrezcan beneficios tributarios, diversidad de mercado, mano de obra calificada, profesionales que garanticen permanencia y progreso a las empresas que apuesten invertir en nuestra tierra.
No somos boyantes como lo han querido mostrar los que nos han robado presente y futuro, y todavía hoy continúan con el saqueo.  No somos altamente productivos ni progresamos como ciudadanos porque llegue Unicentro o Éxito.  Es el pueblo el que tiene que ver reflejado un cambio positivo en su condición económica y sentir que vive una época de equidad y progreso.  Hay empleo para cajera, celador, porteros, bodegueros, la mayoría con salarios mínimos. ¿Qué hacer entonces con nuestros profesionales que se gradúan en nuestras precarias universidades?  ¿Obligarlos a emigrar en busca de oportunidades laborales y  enfrentarse con egresados de universidades más competitivas y fuertes académicamente?
No es boyante económicamente una ciudad infestada de casinos matutinos, “taiwanes”,  casas de empeño y comidas esquineras “a mil”.  No somos boyantes cuando por cada negocio unipersonal que se abre se cierran tres, o cuando familias sacrifican su intimidad por tener que arrendar el cuarto de “San Alejo”, o vender sus inmuebles, como está ocurriendo,  para intentar nivelar los gastos del hogar. 
¿Acaso son boyantes nuestras veredas?
Cómo hace de daño creernos exageradamente turísticos, despreciando la oportunidad de hacer reingeniería, de proyectarnos, de crecer, de no continuar siendo el patio trasero de Bogotá sin depender de  ellos y del sol como único argumento de supervivencia.  Es la innovación, la que aquí no se propicia, y la diversificación,  las que robustecerían nuestra economía y aportarían para convertirnos en una ciudad rentable. No solo para los clanes de siempre, ya fosilizados.
En lugar de innovar,  el comerciante malgasta su tiempo culpando y amenazando con demandar a los medios de comunicación por ejercer su función de informar.  De ser así, entonces deberán demandar también al diario londinense  "The Telegraph" ,  que en su página web del 9 de marzo del 2015 advierte al final del artículo sobre lo bello de Colombia que   “La vacunación contra la fiebre amarilla se recomienda para las zonas costeras, donde la fiebre del dengue y la chikungunya también están presentes”. 
Igual tendrá que hacer Brasil, ya que el mismo diario el 6 de abril tituló: “Río se prepara para posible epidemia de chikungunya”con este subtítulo:Chikungunya, un virus incurable que ha golpeado a Perú y Colombia(…)” (Subrayados del autor).
Como van las cosas el municipio de Ricaurte, ese que conocí en mi infancia enmontado y baldío con olor despectivo a vereda, en menos de veinte años pasará por encima de Girardot hospedando a un turista con alto poder adquisitivo y clase. 
Peores que los avestruces, muchos girardoteños esconden la cabeza ignorando nuestro retroceso; retroceso peor que el de los cangrejos. Corremos hacia atrás atribuyendo que el progreso de algunos constructores y un bulto de politiqueros depredadores representa el florecimiento de Girardot.
Ni el verdadero avestruz esconde su cabeza en la tierra ni el cangrejo camina hacia atrás; lo hace de lado.  Deberían  aprender a observar como los suricatos.


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