miércoles, 11 de marzo de 2015

 EL DIA DE LA MUJER SE CONMEMORA



“Yo no deseo  que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas".  Mary Wollstonecraft.



Desde las sagradas escrituras la mujer ha sido objeto de discriminación, sometimiento y sumisión.  Esta tendencia histórica, sin adentrarme en temas teológicos, durante siglos ha  fustigado la existencia femenina,  haciendo de ella una víctima del dominio irracional que el hombre le ha infringido doméstica, sexual, laboral, educativa y emocionalmente.
El sufrimiento y esfuerzo que la mujer ha tenido que soportar y vivir para poder arañar con lentitud de siglos derechos y oportunidades negadas por los machos de la especie,  la hacen merecedora de todo el reconocimiento del mundo entero.  Reconocimiento que hoy no llega en su plenitud y, en muchos casos, termina siendo un contentillo grosero e irrespetuoso por parte de una sociedad que equivocadamente ha premiado con preferencias al sexo masculino sin explicaciones ni justificaciones ciertas de su supremacía sobre ellas.
Por ese camino estoico en que han tenido que andar, sobrellevando una carga incómoda impuesta por tradiciones milenarias, hoy retrógradas y muestra fehaciente de la falta de inteligencia de muchos de los hombres que las rodean y legislan, casi siempre no tan a favor de ellas, o los que como sementales jóvenes las acosan en cada esquina como tratándose de una cacería salvaje, sorprende una celebración del día de la mujer ceñida estrictamente a un orden comercial, con el desconocimiento absoluto, de ellas y ellos, de en qué consiste realmente el “festejo”.
Clara Zetkin,  líder del movimiento alemán de mujeres socialistas, en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas realizada en Copenaghue en 1910, fue quien propuso  la fecha del 8 de marzo para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.  Que también recibiera el nombre  inicialmente de Día Internacional de la Mujer Trabajadora.  Fue precisamente en esta fecha, agosto de 1910, en donde se reiteró la exigencia por parte de las mujeres el derecho al sufragio universal y manifestaciones en contra de la guerra.
Pero todo tiene su comienzo el 8 de marzo de 1857 cuando en el bajo Manhattan, New York, cantidad de obreras textiles,  descontentas por los salarios y condiciones miserables en que laboraban se lanzaron a las calles en acto de protesta, exigiendo humanización en el trabajo e igualdad de condiciones laborales.
Sin embargo el lado triste y dramático de esta historia, y por donde inevitablemente siempre se debe transitar y al que muchos atribuyen el nacimiento del Día Internacional de la Mujer, se registra el 25 de marzo de 1911 cuando 123 mujeres y 23 hombres  mueren en un incendio originado en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist, New York.
Era un edificio de diez pisos que en la madrugada del 25 de marzo ardió en llamas originando la muerte de más de un centenar de obreras; ante la desesperación que provocó la conflagración muchas mujeres se arrojaron por las ventanas resultando con heridas de altísima gravedad.  Aquellas  que no tuvieron el arrojo de lanzarse murieron asfixiadas por el humo que emanaba de la combustión o por los derrumbes ocasionados en el interior de la edificación.
Existen versiones variadas sobre la razón por la cual las puertas del edificio se encontraban cerradas.  Unas explican que los propietarios mantenían cerradas las salidas para evitar robos en el interior; otras versiones apuntan a que el dueño de la fábrica ordenó obstruir  las puertas y ocasionar la conflagración con el fin de persuadir a las trabajadoras de una huelga laboral;  el cuerpo de bomberos sugirió que había sido  una colilla encendida en un recipiente con tela.  En cualquiera de los casos el fuego se volvió incontrolable originando la tragedia ya relatada.
La mayoría de estas trabajadoras textiles eran inmigrantes italianas y judías que habían llegado para ganarse miserablemente la vida laborando en el taller textil.  El periódico ABC  de la época describía la tragedia como de “pánico horroroso” y dramáticamente expresaba que 53 mujeres fallecieron después de “estrellarse contra el suelo”.
Después de este hecho doloroso, como suele ocurrir normalmente en nuestro medio, el gobierno de los Estados Unidos legisló para alcanzar mejoras en la seguridad, principalmente enfocadas al sector  industrial.  Más tarde se conformó el Sindicato Internacional de Mujeres Trabajadoras Textiles, como resultado no en vano del sufrimiento y muerte de 123 mujeres valientes en su desventaja social.
Es fácil entonces advertir que la fecha no es de festejo ni algarabía carnavalesca; es la conmemoración respetuosa, es el reconocimiento merecido, es la recordación póstuma a unas obreras mártires, es la dignificación de la mujer como ser inteligente capaz de crear, inventar, gobernar, innovar, amamantar, educar, amar.
El Día Internacional de la Mujer no debe ser un evento comercial.  Es la fecha señalada para recordarle a los gobernantes y a los machos de la especie la necesidad de igualdad frente a los derechos fundamentales y su lucha incansable por alcanzar hasta el último de ellos.
Es el día en que las mujeres deben ratificar y recordar que no son un simple objeto masturbatorio para los hombres.  Es otro día en el que deben reiterar a la sociedad que son las madres, hermanas, amigas, esposas, compañeras del género masculino.  Los que física e intelectualmente son tan valiosos como ellas.  

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