lunes, 19 de junio de 2017






CRONOLOGÍA DE UNA FARSA


“No que me hayas mentido, que ya no pueda creerte, eso me aterra”.  Friedrich Nietzsche

Integrantes del gremio del transporte público legalmente constituido conociendo el acuerdo establecido entre sus representantes y la Administración Municipal de Girardot

Nuevamente el gremio de transportadores legalmente constituido de la casi ciudad de Girardot elevó su voz de protesta por varias de las irregularidades que esta administración municipal, como las anteriores, han propiciado, alcahueteado e ignorado.

Este 25 de junio se cumple un mes desde cuando conductores de taxis y buses, junto a escasos propietarios, se reunieron alrededor de la Plaza de Mercado de Girardot para reclamar un trato justo y digno por parte del alcalde designado José Alejandro Arbeláez Cruz.

Aquella mañana del 25 de mayo, los que callan constantemente aprovecharon para dejar salir toda la desesperanza y angustia represada, producto de la difícil situación económica que desde hace años soportan con el guiño complaciente de los alcaldes y de quienes por sus facultades y competencias deberían proceder (guardas de tránsito, Policía Nacional, Secretaría de Tránsito y Transporte y, Secretaría de Gobierno).

Después de un tiempo, cuando el sol ya se había colado en cada una de las rendijas de la provincia, se inició una marcha por un sector del municipio con la que los transportadores pretendían visibilizarse ante la comunidad, la que también ha contribuido a la precariedad y desasosiego de este gremio desprotegido por todos, principalmente por el gobierno central.

Tengo que ser honesto; no presencié la marcha, pero se habló de más de doscientas personas repitiendo arengas y acercándose de manera pacífica al Parque Bolívar. 

Transportadores de taxis y busetas, algunos con sus familiares, en espera de la firma del pliego de compromisos. (Edificio de la Alcaldía Municipal de Girardot).

Seis representantes del gremio se sentaron en la mesa de negociación para presentar el pliego de peticiones respaldado por un número significativo de transportadores y del cual, dependiendo el resultado, se continuaría o no con el cese de actividades.

La tensa calma, a la que se acostumbró el país, se rompió cuando un taxi dobló por la esquina de la calle 17 con carrera 11 y fue obstaculizado por algunos conductores que reclamaban solidaridad y apoyo a la protesta.  Perezosamente los agentes de la policía, apostados en un costado del parque Bolívar, se aproximaron al sitio y después de muy pocas palabras resolvieron la situación haciendo parquear el automotor cerca de las motocicletas policiales.

El cansancio y la expectativa de los transportadores se reflejaba en sus rostros curtidos por el sol; ellos, que diariamente se exponen a altos grados de temperatura para poder llevar el sustento a sus familias, aguardaban con una disciplina acostumbrada el desenlace de este nuevo episodio. 

Armando Lancheros, líder original de estas exigencias que reclaman dignidad para los transportadores, se encontraba literalmente tirado sobre el piso, vistiendo una guayabera blanca, casi sin voz; se reflejaba en su rostro una emoción que perfectamente se podía traducir en una satisfacción que solamente quienes batallan por causas justas pueden entender.

Transportadores interceptando un taxi que se movilizaba frente al Parque Bolívar

A las cuatro y treinta de la tarde, dos minutos antes o cinco minutos después, llegó al grupo de las escaleras un estafeta moderno portando en sus manos la primera buena nueva de la negociación; el documento estaba firmado por los representantes del gremio transportador, el alcalde designado, el secretario de gobierno Diego Mauricio Salas Ramírez, un representante de la Policía Nacional y el delegado de Tránsito y Transporte, Alejandrino Bonilla.  (Es que Girardot en ese momento no tenía un secretario de tránsito y transporte que respondiera por esa cartera.  Aunque hoy ya existe, pero…aun no pasa nada).

De inmediato bajaron las escalinatas y se reunieron cerca al grupo de banderas que ondean tristemente mientras observan, horrorizadas, la decadencia de este puerto que al menos por misericordia merecería un mejor presente.

A través de un micrófono inalámbrico, John Jairo Peña tomó la vocería y dio a conocer los 6 compromisos adquiridos por el ente municipal, apresurando la disolución del paro.

·     "A partir del día de la suscrita Acta. Aumentaran los operativos con los Agentes de Tránsito en apoyo de la Policía Nacional y Ejército Nacional, para combatir la actividad ilegal del transporte en modalidad de moto, UBER y carro particulares.
·     Realizar las medidas pertinentes para suscribir convenio Municipio con la Policía Nacional de Tránsito – DECUN
·      Re parcheo de la malla vial del Municipio, adquisición de materia prima (aceite) para el fresado de la malla vial
·     Apoyo, sanciones y operativos a realizar para la modalidad de UBER de acuerdo a la plataforma de prestación de servicios informales.
·     Realizar las gestiones pertinentes para la destinación de parte de la FISCALIA de un funcionario idóneo para PERITAJE en los accidentes de tránsito.
·    Realización de mesas de trabajo con los representantes del gremio transportador cada 15 días".


Primera página del acta en donde la Administración Municipal de Girardot se comprometió a cumplir 6 requerimientos de los transportadores legalmente constituidos , el pasado 25 de mayo de 2017 
¡Pero o ingenuidad…o viveza! Faltaron las fechas en las que se daría cumplimiento a cada uno de los puntos.

En cualquier negociación la concreción de términos demuestra la seriedad de quien se compromete, y entrega tranquilidad a quien requiere.  En este caso el cumplimiento de los compromisos, tácitamente, se estableció a término indefinido.

¿Para cuándo la fecha del convenio con la Policía Nacional?  ¿Qué término límite existe para la consecución de un perito permanente en el municipio que atienda los accidentes de tránsito? ¿Cuándo inician los malucos “reparcheos”?

Y no es un capricho infantil el que me aborda.  Ya existen incumplimientos pasados respaldados con oficios, cartas de compromiso, literatura mil.

El 12 de octubre del 2010,  el alcalde Rodolfo Serrano Monroy, el coronel de la Policía Nacional, además de la secretaria de tránsito y transporte, se comprometieron con cinco exigencias.  ¿Si las reuniones se cumplieron con rigurosidad y los operativos se adelantaron con eficacia, por qué hoy persiste el problema?

Primera página del acta de compromisos del 12 de octubre de 2010, entre el alcalde municipal Rodolfo Serrano Monroy  y el gremio de transportadores legalmente constituido

Manuscrito entregado a los transportadores el 24 de noviembre de 2012 por el alcalde de ese entonces, Diego Escobar Guinea

El sábado 24 de noviembre de 2012, en una reunión en el quinto piso de la alcaldía con aproximadamente diez representantes del gremio del transporte público legalmente constituido, Diego Escobar, alcalde de ese entonces, suscribió un documento que firmó alejado  de la vista de los presentes, con número de cédula y huella dactilar, comprometiéndose con tres exigencias para proteger el derecho al trabajo de los conductores; exactamente el sábado siguiente, a la misma hora y en el mismo lugar informó a los mismos representantes que no podía cumplir con lo establecido en el documento en mención.

Algunos ejemplos de cómo durante varias ocasiones los alcaldes del momento han manoseado las diferentes mesas de negociación, incumpliendo compromisos adquiridos.

Hoy nada parece ser diferente.  Ya aparecieron en la primera reunión reciente los pretextos, los peros, los ya te digo, los tal vez.

Los negociadores de la administración municipal adoptaron una posición conciliadora por el afán de terminar con el paro, frente a temas cuya decisión no dependen absolutamente de ella.

Quiero ver cuánto tiempo pasará hasta cuando la administración municipal con aquellos que se comprometieron con los transportadores, sostendrán puntualmente las mesas de trabajo cada quince días; pero lo más importante, qué tanto y cuándo implementarán con lo que se comprometieron.

No hay que olvidar que este es un gobierno pasajero  y que nos encontramos ad portas de una posible revocatoria del alcalde que hoy se encuentra privado de la libertad; lo que condiciona aun más la ejecución oportuna de los puntos negociados.

Solamente la persistencia y el apoyo de todo el gremio a los negociadores, con la vigilancia de que lo acordado se cumpla, puede evitar que se continúe desmoronando otra actividad legal, dando paso a nuevos niveles de caos e ilegalidad, fenómenos rampantes y de crecimiento constante en esta casi ciudad llamada Girardot.  



1 comentario:

  1. Lo cruel no es qur mientan. Lo cruel es que hay gente que aún les cree. Y lo peor, los reeligen. Tal vez es la Fé lo que mantiene su gota de esperanza a pesar del desahucio.

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