LAS
CABAÑUELAS DE GIRARDOT
Plaza de Mercado de Girardot |
Siete meses después de vítores a la
“recuperación” de la Plaza de Mercado de Girardot las cosas volvieron a su
estado normal. Al desorden.
Mucho se habló sobre el tema y la
expectativa parecía haberse cubierto con lo que aparecía a primera vista. Pero en el ambiente flotaba la posibilidad de
que ante cualquier fractura de gobierno, desavenencia institucional o
transcurrir del tiempo, la celebración
podría convertirse en fracaso.
Los vendedores se volcaron nuevamente
a la carretera, a los andenes, a transitar en contravía con sus “zorras”
repletas de aguacates, pescados y hortalizas.
Este hecho no es insignificante ni
superfluo. Pronostica un caos
institucional que puede durar lo que falta de periodo de gobierno.
Es muy posible que al alcalde
designado Alejandro Arbeláez Cruz le cueste trabajo encauzar y mantener la
rienda fuerte para que la bestia no se desboque (hablo de Girardot); como
también es posible que de llegar a
elecciones atípicas quien se quede con el “honor” de gobernar no lo haga
con suficiente autoridad y diligencia.
Lo que traduce una casi ciudad sumida en un caos administrativo durante
el resto de administración.
Lo que está ocurriendo en nuestro
Monumento Nacional son las cabañuelas de nuestros próximos tres años. Esperar a que nuestro cálculo popular esté
equivocado y soplen vientos que traigan buenas nuevas.
¡Permítanme dudarlo!
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