GIRARDOT SUMERGIDO EN ESCOMBROS
El tema de
la escombrera municipal es inagotable,
no solo porque pertenece al resorte de lo ambiental, sino porque también
incide en la estética de ciudad y sirve para medir lo importante que el
ciudadano es para quien se ofrece a gobernarlo.
Después de muchas
“epístolas” intercambiadas entre la
oficina Regional de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, CAR, Alto Magdalena, y la Alcaldía Municipal de Girardot, desde
el 12 de junio de 2009, fue imposible que Girardot tuviera su propia escombrera.
Porque el
municipio nunca respondió a la totalidad de las condiciones técnicas exigidas
por el ente público. Y aunque ubicó un
terreno para tal fin, en él la disposición final que se realizaba no
correspondía “(…) a las características
propias de una escombrera, debido a que se descarga todo tipo de residuos
sólidos configurándose lo que podría denominarse un botadero a cielo abierto(…)”, según informe técnico 871 del 5 de diciembre
de 2014.
El 9 de
abril de 2015, mediante Resolución DRAM 0015, emanada de la misma CAR, se
impuso al municipio de Girardot medida preventiva que consistía en la
suspensión inmediata “de las actividades
de disposición final de escombros y otros materiales, en el predio denominado California (…)”
Hoy después
de casi 7 años Girardot puede estar próxima a tener su escombrera municipal con
todas las de la ley. El 18 de abril de
este año el alcalde municipal presentó ante la CAR el Plan de Manejo Ambiental
con la documentación requerida por esta Corporación, para la construcción y
puesta en servicio de la misma.
Nos informa
el Director Regional del Alto Magdalena-CAR, Juan Carlos Escobar Cristancho, que
la documentación se encuentra en análisis, del que se pueden derivar
requerimientos de ajustes pertinentes
para posteriormente efectuar la visita técnica, que concluye con el
informe técnico, que a más tardar debe estar en firme el 8 de julio; en la
semana siguiente deberá emitirse el
concepto jurídico.
Posterior a
ese concepto los documentos en su
totalidad deben estar en Bogotá; esto se hace necesario ya que por atribuciones
es en este nivel que se toman las decisiones cuando de escombreras se trata.
Lo más
posible es que el 19 de julio los documentos estén radicados en la oficina de
Bogotá. Con los documentos allí, serán los
especialistas jurídicos y técnicos los
que determinen la apertura o no de la escombrera.
Hay que
decirlo. No es fácil la construcción de una
escombrera a cielo abierto; implica unas exigencias que el municipio debe
cumplir para lograr la aprobación. Estudios
de paisajismo, topográficos, de movilidad, capacidad (cubicaje), obras de
adecuación de aguas y mucho más.
Hay que
salvaguardar el sector; que no exista un impacto visual para las personas que
pasan frente al sitio. Eso requiere
generalmente de unas cercas vivas. Se
siembra material arbustivo y arbóreo con intención de construir una pared con
él.
El manejo de
aguas se hace para que los escombros no se depositen en otros predios (manejo
de escorrentías). En caso de existir
material particulado deben colocarse unas rejillas que atrapen el grueso, el
delgado y el fino; una por cada clase de material. Esto depende de las corrientes de aire y el
tipo de escombros que se maneje.
Este tema no
es caprichoso, ni sesgado. Es un
problema evidente en todo el casco urbano del municipio. Cuando dialogamos con el Director Juan
Carlos, de la posible apertura nos dice: “Pero
ojalá sea rápido, porque sí, la verdad
tenemos un problema grande de ilegalidad y de impacto ambiental por toda la
ciudad. Por todo lado hay depósito de
escombros”. Ya antes nos había dicho
con tono de preocupación “¡me están
botando escombros por toda la ciudad!”.
En su afán
de ver solucionado el problema y su compromiso por hacer cumplir la norma, se
comprometió con Plus Publicación a oficiar a la Alcaldía de Girardot la
recolección de los escombros que se encuentran tirados hace mucho tiempo en la
demolición hecha frente al sector conocido como “El Algarrobo”.
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