martes, 5 de enero de 2016





GIRARDOT DE CABEZA

Así despierta Girardot en pleno sector urbano y residencial después de una noche de rumba desordenada.
Foto Elmar Darío

 La historia habla de los parques desde antes de Cristo.  Pero solo desde el siglo XIX, dicen los estudiosos, aparecen los parques municipales, aquellos administrados por los mismos municipios.  En España, por ejemplo, entendiendo que el parque realiza una  “serie de funciones que son verdaderos servicios a la ciudadanía”,  se trasladó la responsabilidad de su administración al municipio y sus representantes.

Para los expertos  está claro que los parques municipales son una riqueza que concentra “espacio recreativo y de esparcimiento, con una clara función ambiental e higiénico sanitaria sin olvidar sus aspectos estéticos y educativos”.

Pero esto sucede únicamente en sociedades civilizadas y orientadas por gobernantes educados, sensibles y respetuosos del hombre y su medio ambiente.






Observar cómo se maltrató nuevamente el parque Bolívar de Girardot no sorprende por lo repetitivo del hecho, pero si ofende e insulta a quienes ven en el espacio público, y entre este al parque,  como sitios de reunión familiar rodeados de ambiente sano, física y moralmente hablando.

Lotearon el parque como acostumbran a hacer con todo lo demás.  No se sabe si lo vendieron al mejor postor o lo regalaron para atiborrarlo de orinales, licor, comidas sin control por parte de la Secretaría de Salud,  juegos de azar al estilo de la peor feria parroquiana, prostitutas, indigentes, borrachos, mierda…y basura, ¡montañas de  basura!

No quedó espacio alguno para caminar.  Por un costado estaban los vendedores ambulantes y por el otro el enrejado que arrojó literalmente al peatón fuera del andén, exponiéndolo a un accidente.

Y lo demás no fue mejor.  Las calles a las ocho de la mañana sin barrer; propietarios encerrando parte de la vía pública, incluso llenándola de arena invadiendo el espacio público (calle y andén); facilitando la contaminación de las alcantarillas debido a la lluvia nocturna que cayó.

La mal llamada zona rosa amanecida entre basuras y nuestras aves insignes: ¡los chulos!

Si el turismo es cultura nosotros no sabemos nada.  Somos una provincia que después de 45 años realizando el mismo acto lo hacemos cada vez peor.

Qué irán a decir ahora: ¿Que la inmundicia y la desorganización hacen parte de nuestra idiosincrasia?  ¡En eso sí pueden tener la razón!




Publicado en octubre de 2015  

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