¡ELLOS
SON LOS MISERABLES!
“¿Quién puede asegurar qué espectáculo es más
horrible: el de unos corazones secos o el de unos cráneos vacíos?” Honorato de Balzac. (Papá Goriot).
El preámbulo de las elecciones para alcaldía y concejo siempre dejará ver lo peor de los candidatos que buscan “mejorar su estatus”;
aprovecharán cada penuria humana para
convertirla en bendición de campaña.
De hecho el hombre ha estado expuesto durante la
historia a vivir sus desgracias, las
físicas y las del alma. Por lo
regular se juntan en una amistad consecuente que aumenta, como una lupa, la
imagen de la tragedia humana. La vida se
ensaña con algunos seres como cobrando deudas pasadas o pretendiendo amenizar
el festín morboso de los que se revuelcan a gusto en las inmundicias de la
desventura ajena.
Desgracias
hay muchas. Ellas abundan,
recordándonos lo frágiles que somos infinitamente. No basta con la firmeza del carácter para
superar capítulos completos de vida desgraciada. El carácter, como un narcótico, adormece el
dolor pero casi nunca recupera la
dignidad ni equilibra el verdadero valor social del ser humano en países como
el nuestro.