EL CIUDADANO NO IMPORTA
“(…) y la
persona puede tener chikunguña y dengue;
y por tanto debe ser manejado en una unidad de salud. No por el vecino, no en la droguería ni por
la amiga. Porque o si no está poniendo
en riesgo su salud y su vida”.Dra. Gina
Watson. Representante de la OPS/OMS en
Colombia.
La fiebre chikungunya me ha servido para evidenciar situaciones que están latentes en la cotidianidad
de nuestro país, y que entrelazadas unas con otras van logrando el deterioro de
las Instituciones y en este caso específico de la salud de los colombianos.
Principalmente se
encuentra la soledad frente al Estado; no existe el ciudadano si de protegerlo
se trata. El Estado funciona para
subyugarlo y perseguirlo. Para
amenazarlo, amedrentarlo, condicionarlo, limitarlo. No es el ciudadano quien pueda esperar el
apoyo que el Estado por su misma naturaleza debería ofrecerle como parte
esencial de él mismo.
Por esa misma
condición inconstitucional es evidente la ineficiencia e ineficacia del Ministerio de Salud y Protección Social, de
los gobernadores, alcaldes y los mismos concejales en la crisis presentada por
el virus del chikungunya. No se previó el crecimiento exponencial de la
enfermedad conllevando a que no se diseñaran estrategias que atenuaran el
impacto que tan bruscamente ha tenido.
Un crecimiento exponencial que nuevamente desnuda la inviabilidad del
sistema de salud en Colombia. En la segunda semana del 2015 (enero 11-17)
Girardot registra 3010 enfermos.
Cómo explicar
que en Girardot, en donde el dengue es endémico, el virus del chikungunya haya
hecho su aparición sin el menor atisbo ni intención política para minimizar el
contagio y sus consecuencias. En el tema del dengue, hay ocho entradas
principales en la página de la OMS (Organización Mundial de la Salud) en donde
se nos reporta como un sitio que “ (…)
atrae no solo a los turistas, sino también ofrece las condiciones perfectas
para la reproducción del mosquito Aedes aegipty, el mosquito que transmite el virus del dengue que puede ser mortal."
En ese mismo
contexto en un estudio realizado en varios países de América Latina y publicado
en BMC Infectious Diseases, se toma a
Girardot (Colombia) como uno de los cinco municipios para el estudio del
dengue, al lado de Acapulco (México), Machala (Ecuador), Fortaleza (Brasil) y
Salto (Uruguay).
Esa misma pasión
desbordada en publicidad invasiva que ensució la casi ciudad para la campaña a
la alcaldía de Girardot, y no hace mucho para la fracasada Área Metropolitana
del Sol, ha sido inexistente para divulgar todo lo concerniente al virus. Hasta con mensajes de texto y tarjetas
navideñas se lanzan a la conquista del poder pero cuando de proteger al ciudadano se trata, siendo
su obligación Constitucional, nada les importa,
nada les compete.
De lo anterior
se deriva un tema extremadamente grave. Algunas
personas que trabajan en droguerías,diagnostican y formulan sin preparación
profesional ni autorización oficial.
Llama la
atención la entrevista que Julio Martínez, periodista de RCN Girardot, le hace al concejal Levis Endo Barrera. A raíz de una queja presentada ante el
ministro de salud y la representante de la Organización Panamericana de la
Salud /Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS). Al señor Levis Endo se le señaló
de estar formulando y aplicando inyecciones a las personas que llegan a su
farmacia entre otros síntomas, con dolores articulares.
Después de ires
y venires el farmaceuta manifiesta que “(…)
uno no puede aplicar más que un Voltaren…uno no puede pasar de ahí (…)”. Esto, dice él, avalado por médicos amigos y
consultas en internet.
Sus 25 años
de experiencia, que dice tener, no explican por qué suministra Voltaren a quienes
llegan con dolores articulares en la crisis actual del virus.
Olvida, creo que
accidentalmente, los artículos 6 y 20
del Decreto 2200 /05 que tratan sobre “Prevenir
factores de riesgo derivados del uso inadecuado de medicamentos (…)” y la prohibición
al dispensador de “Recomendar a los
usuarios la utilización de medicamentos.”; además de la instrucción
registrada en el Decreto 2330/06 que
establece que “(…) La prescripción médica
(fórmula) será requisito indispensable para la administración de cualquier
medicamento por vía intramuscular.” No entiendo cómo se cumple en este caso
con dicha exigencia.
El Voltaren
pertenece al grupo de los medicamentos señalados como antiinflamatorios no esteroides, utilizados para tratar el dolor y
la inflamación.
En el caso
puntual que nos atañe es importante explicar que hasta no haber descartado por
medio de un cuadro hemático un dengue, no deben aplicarse determinados antiinflamatorios. Si al paciente se le aplica
antes de confirmarse que no padece dengue y efectivamente lo tiene, puede
originar una hemorragia interna cuyo final es incierto. Los expertos recalcan que en el caso del
DENGUE “es muy importante evitar la aspirina
y los fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINES); estos medicamentos
pueden agravar la hemorragia asociada con algunas de estas infecciones por sus
efectos anticoagulantes”.
Dice el médico
Jesús Orlando Molano Lozano hablando de dengue y chikungunya que “diferenciarlos clínicamente no es tan
fácil.” Por lo mismo se recomienda el cuadro hemático si en cuatro días no
baja la fiebre; la finalidad de la muestra “(…)
no es confirmar un chikungunya, es DESCARTAR UN DENGUE” asevera el médico
Molano Lozano.
Continúa
explicándonos: “Si yo ya descarto un
DENGUE, puedo dar antiinflamatorios, llámese Diclofenaco, Voltaren, Ibuprofeno
(…)”.
Casos como este
es posible que estén ocurriendo en otras droguerías, como lo denuncia el mismo señor
Barrera, pero es aquí en donde la Secretaría de Salud municipal no hace
nada. Como no hace nada por el
incremento exagerado en el valor del Dolex o acetaminofén. Como no hizo nada para evitar la escasez del
producto en las farmacias y supermercados del municipio. Si bien es cierto que no tiene el poder
sancionatorio, es más cierto que tiene la obligación de informar a los entes de
vigilancia y control para que intervengan y castiguen como es debido.
Queda de
aprendizaje que lo que no hagamos individualmente para protegernos, nunca el
Estado lo va a hacer. A no ser que les
devengue dividendos electoreros. Esa es
su única y asquerosa razón de ser.
El día en que el ciudadano importe, será porque hemos adquirido no solo conciencia como miembros de esta sociedad sino la necesaria cultura política que nos conduzca a escoger gobernantes y representantes a las Corporaciones públicas verdaderamente comprometidos y responsables con sus municipios, departamentos y el país.
ResponderEliminarMientras tanto, cada vez el ciudadano será menos importante y la motivación primaria de quienes rigen los destinos del país incluidas sus entidades y organismos públicos estará más orientada a sus intereses particulares.