CIUDADES TURÍSTICAS
Hablar de turismo, para algunos gobernantes
y pregoneros ad-hoc, resulta estúpidamente fácil. Y ni qué decir
cuando de intentar hacerlo se trata.
En los pueblos, hablo de
Colombia, cercanos a la Capital de la República, el sol se ha constituido en el
único atractivo turístico que
irremediablemente busca un número importante de los más de siete millones de personas que habitan Bogotá. Y esto sin contar las que viven en los
municipios aledaños que tienen las mismas características de clima y sensación
térmica.
De ahí el infortunio y desacierto
para algunos municipios de que alguien los mal bautizara como “turísticos”. Creen los que los nombran así que la congestión indescriptible de peatones y
vehículos en las calles, de vendedores ambulantes en los andenes, las carretas
vendiendo frutas, hortalizas, espigas, sahumerios, cachuchas y cuanto usted
imagine junto a los semáforos y al borde de los andenes, refleja orgullosamente una viva vocación turística.
Por pensar así y creerse el
cuento que se han inventado, han olvidado lo más importante y la razón de ser para el
turismo. ¡Los visitantes! En otro escenario más adecuado ¡los turistas!
Este es Girardot el 24 de
diciembre recién pasada la media noche. ¿Será esto lo que esperan encontrar los
visitantes como atractivo turístico?
Así como médicos, enfermeras, bomberos, policías, celadores entre otros deben trabajar y turnarse para ello, por qué no hacer lo mismo las empresas prestadoras del servicio de recolección; programar su personal.
ResponderEliminarNos acostumbramos al caos, al desorden, a la mugre, a la anarquía y al desgobierno. Nos acostumbramos a que por la época, todo cabe. Incluida la indiferencia de todos o por lo menos de la inmensa mayoría.
¿Será que para el próximo año es posible planear con la suficiente anticipación un plan estratégico no solo para las basuras sino para el espacio público, para el tránsito vehicular y para la movilidad de propios y TURISTAS. Tienen diez meses para ello. “Amanecerá y veremos”.