LA ABSTENCIÓN TAMBIÉN ES OPOSICIÓN
“El gobernante
que pretende encauzar a su país hacia la democracia tiene que empezar por ser
un verdadero demócrata, y demostrarlo tolerando la oposición, por más cruda que
se ejerza en el mitin, en la prensa, en la diatriba personal.” Lázaro Cárdenas.
Normalmente cuando de oposición se habla se crea
una relación directa con las organizaciones políticas que se encuentran
alejadas del gobierno de turno. Pero hay
una oposición que no se puede ignorar, y que viene de menos a más, y es la que resulta del ciudadano común y
corriente. El que de tanta frustración por
el engaño y desesperanza ante la
estática política, viene decidiendo alejado de lo que los demás le indiquen o
le obliguen.
Menospreciar y dar lecturas amañadas a la abstención del 84% en la consulta popular
sobre el Área Metropolitana del Sol lo considero error de algunos, inexactitud
de otros y discursos fallidos de triunfalismo por los más afectados.
No es cierto, de acuerdo a las condiciones de
nuestro país, que no asistir a las urnas sea un acto antidemocrático. La abstención, gústele a quien le guste,
también es una válida y evidente demostración democrática. Y en el caso de la consulta popular por las
Áreas Metropolitanas ¡sí que la es!
No votar para no permitir alcanzar el umbral del 25% del potencial electoral también es una
forma de manifestarse en contra de su conformación. Y en contra de una ley perversa que concibe
democrático que de 100 personas solo 25 tomen las decisiones más trascendentales para
sus municipios y su región.
Si bien es cierto que los niveles de abstencionismo
en nuestro país son altos, su promedio en los últimos 52 años (1958-2010) para presidencia de la
República ha sido del 53.5%. Y en el caso de Girardot el promedio de
abstencionismo en los tres últimos periodos electorales para alcaldía es del
39.5 %. Es más, en las últimas
elecciones (2011) bajó hasta el 35%; en los tres periodos siempre descendió.
Registradas estas cifras no es entonces un hecho
insignificante y anodino que se haya alcanzado una abstención del 84% el pasado
23 de noviembre. Menos aun cuando en el programa de gobierno el alcalde de Girardot
basó muchas de sus propuestas en la conformación del Área Metropolitana. Quiere eso decir, sin lugar a dudas y
utilizando una lógica simple, que sus electores, 26.522 personas, apoyaron
desde un principio el proyecto en su totalidad.
Perder en casi tres años un electorado de
exactamente 15.501 personas debe tener sus explicaciones y también sus implicaciones. El 41.5% de su electorado salió a validar su
voto y un 58.5% se abstuvo y no respaldó, a largo plazo, la propuesta reina de
su programa de gobierno.
Resulta entonces increíble que se le reste
importancia al porcentaje tan elevado en donde tan solo 11.021 personas
salieron a votar afirmativamente de 80.340 potenciales.
Y siendo laxos con la principal preocupación de la
democracia consistente en “garantizar que todos los miembros de la
sociedad tengan una posibilidad real e igual de participar en las decisiones
colectivas.”, lo sucedido el domingo tiene todo su valor y legitimidad.
Desconocer la importancia de la oposición, la del
pueblo, es un error mucho más grande que cualquiera que pueda cometer un gobernante con sus estrategias para
alcanzar sus objetivos. Si la voz del
pueblo es la voz de Dios, exactamente es ir en contra de Dios.
No pueden pretender los gobernantes tener un
público espectador sin vocación deliberante.
Pierde cualquier razón la democracia si únicamente entablan diálogos con
ellos mismos. Si la única voz que desean
escuchar es el eco repetido que se devuelve tristemente desde la pared de sus
oficinas.
Es precisamente con la comunicación y la
interacción que los que se comprometen a dirigir un estado o sus municipios
logran alcanzar objetivos que beneficien a sus gobernados. Es imposible conocer las necesidades, las
insatisfacciones, las confusiones y las propuestas de los ciudadanos, si el acercamiento solo
está dado momentáneamente por intereses y motivaciones personales y politiqueras.
No es inteligente despreciar a la oposición mostrándola
como un ave rapaz dispuesta a caer sobre su presa y despedazarla. La oposición merece respeto, como lo merecen
los gobernantes, por su capacidad que tiene para entender la realidad de su
entorno, o el esfuerzo que hace para entenderla. Ni toda la oposición es mal intencionada, ni
todos los gobernantes son sabelotodo.
Los tiempos van cambiando y muchos de los que
deciden ya no son como hasta hace poco.
O sus ambiciones y el valor de su conciencia han subido de tarifa o las
promesas incumplidas han formado callo
en sus entendederas obligándolos a mirar más allá de su nariz.
Veo venir el
tiempo en el que los que aspiran a
gobernarnos tendrán que cambiar sus tácticas corruptas de conquista para no
terminar siendo galanes desahuciados debatiéndose en medio de multitudes
inalcanzables.
Fuente:
Registraduria Nacional del Estado Civil.
Adehala: Continúa la masacre de árboles en Girardot. En vez de apoyar la siembra, los depredadores
de arbustos observan complacidos cómo
con motosierra en mano, los que se suponen expertos, cercenan las ramas y los
troncos hasta convertirlos en desechos enraizados, en un municipio con
temperaturas hasta de 40 grados. ¡Cómo
agrede la ignorancia!
No hay comentarios:
Publicar un comentario