LAS CARICATURAS DE LUIS CARLOS AVENDAÑO LÓPEZ
martes, 27 de marzo de 2018
LAS CARICATURAS DE LUIS CARLOS
AVENDAÑO LÓPEZ
Luis Carlos Avendaño |
A partir de hoy Luis Carlos Avendaño, utilizando el lápiz como espada libertadora, nos acompañará para comunicar a través de sus caricaturas la realidad del país y su región.
Ilustrador y caricaturista del
Líbano (Tolima). Cerca de diez años fue
tutor de los talleres de literatura de las Vacaciones Culturales de la
Biblioteca Darío Echandía, perteneciente al Banco de la República, en la ciudad
de Ibagué.
Ilustró en su momento, con el
Fondo Mixto de Cultura del Tolima, el libro «Las nietas del tejedor». Ha sido invitado, durante el último lustro,
como humorista gráfico por El Espectador para exhibir sus caricaturas en la
sección «El caricaturista invitado».
Durante dos años consecutivos dirigió
una sección en el noticiero local de Ibagué, P Y C TELEVISIÓN, bautizada «Las
Luis karicaturas de Luis K».
Sus dibujos también han sido publicados
en los diarios Tolima 7 Días, Actualidad Tolimense, Primer Plano y la revista
Facetas del Tolima. En la actualidad
realiza dibujos de humor político y crítico para el portal https://elcronista.co/ al igual que en http://luiscaricaturas.blogspot.com.co/.
Cuando se agotan las ideas para plasmar en dibujos entonces toma su pluma y escribe columnas que siempre van cargadas de sensibilidad y realismo.
¡Bienvenido Luis Carlos!
viernes, 16 de marzo de 2018
COMEDIA COLOMBIA
«El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan». Pablo Neruda.
Congreso de la República de Colombia |
Nunca he sido adepto a las comedias; menos a las
norteamericanas. Por accidente, la semana pasada, en la medianoche,
llegué a una de ellas en televisión titulada «Las locuras de Dick y
Jane».
Dick es el clásico hombre estrato tres, para nuestro medio,
casado con una mujer del mismo nivel. Un buen día es ascendido a
vicepresidente de comunicaciones, ignorante de que su empresa mentora se
declarará en quiebra y que su promoción es una trampa.
Una vez desempleado la desgracia llega al hogar de él y de
su esposa Jane.
Cuando ya no existe la posibilidad de más ruina, entre ellas
el corte del servicio de la luz, del agua, el remate de la casa, la venta de
cada uno de los enseres; el embargo del césped y la interrupción de la
construcción del jacuzzi, frecuente demostración moderna del «merecido ascenso
ejecutivo», deciden buscar empleo en lo que sea, con tal de comer; con lo que
consiguen reducir sus egos a la mínima expresión.
Sumergidos en el fondo de la tragedia, a Dick se le ocurre
una “brillante” idea: ¡convertirse en asaltantes a mano armada de
supermercados!
Una vez superados todos los niveles de aprendizaje,
sorpresas, tropiezos y equivocaciones, al final la familia recupera su nivel
socioeconómico, sobrepasándolo. Cada bien anterior fue superado en tamaño,
número y valor.
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