¡LA CULTURA ES NUESTRA!
Recital inaugural de poesía del FILAG. De izquierda a derecha Héctor Hernán Hurtado Botero, Mario Torres Duarte, Georgia Kaltsidou, Sandy Juhasz, Zeuxis Vargas y Jorge Castilla |
Existe una innegable diferencia
entre quienes descuartizan sociedades y los que las construyen a través de la
Cultura.
Los primeros, establecen alianzas
que terminan en «conciertos para delinquir».
Los segundos, los que construyen
sociedad, por desconfianza o ingenuidad, trabajan aisladamente; provocando una
fragilidad en la estructura, que impide la concreción de proyectos que impacten
diferencial y progresivamente en la transformación de las comunidades.
Pero en Girardot esta última
condición parece irse desvaneciendo lentamente (más lentamente de lo que se
deseara), adquiriendo visos más definidos
y promisorios.
Y es que una nueva sensación se
percibió en el espectro Cultural del 2017.
Es una sensación que me llega por la cantidad y calidad de eventos, actividades, colectivos, grupos y
personas interesadas en plantar con la Cultura una sociedad diferente; en donde
la inteligencia, la sensibilidad, las bellas artes y la inspiración, sobrepasen
las fronteras de lo banal, lo corrupto, lo rústicamente necesario para mantener
adormecido el carácter innato de lo estético.
Una de esas señales de que
Girardot comenzó a mostrar un comportamiento diferente, en donde se ha
entendido que la sartén por el mango no la tiene el alcalde parroquial, ni los
cabildantes arribistas, ni los duendes calvos que aparecen en todas las
fotografías como espantos portadores de pésimas promesas, es el
reconocimiento hecho por una publicación local a Alexio Osorio Villegas como el
personaje del año 2017.
Cómo reconforta el alma y
tranquiliza el espíritu, que por fin los ojos de quienes mantienen el
compromiso de informar, aunque demasiadas veces olviden hacerlo,
vean más allá del derruido y desmoralizado edificio municipal; que sopesen el
trabajo que se realiza desde la orilla invisible. ¡La de la Cultura!
Es una advertencia de que las
cosas, tal vez, se están empezando a hacer correctamente.
Aunque las estadísticas siempre
serán motivo de alegría o desazón, depende del lugar del que el encuestado se
encuentre, para el
Banco de la República en Girardot los dígitos no podían ser mejores. Al cierre del 2017 el número de asociados en
las diferentes categorías para préstamo de material externo fue de 1.163 miembros;
mientras que de visitantes a las presentaciones culturales y servicios,
223.208 personas.
Pero los números son cifras que
se congelan en el tiempo, pienso, si no los acompañan hechos que se puedan
palpar y sopesar. Y de eso sí que existe
para la historia cultural del pasado año que recién terminó.
RICARDO INFANTE Y EL FILAG
Ricardo Infante |
Festival Internacional de
Literatura y Afines de Girardot es lo que traduce la sigla FILAG.
Sin riesgo a equivocarme, el
evento cultural más importante de las últimas cuatro décadas. Comparable en
trascendencia e importancia únicamente con las presentaciones del ballet de
Delia Zapata Olivella o el Circo Ruso, en la década de los sesenta, en el Teatro Cultural Luis Enrique Osorio. Cuando las administraciones municipales eran
iguales de incultas a las actuales pero nuestros padres eran más osados,
apasionados y entregados a un ideal.
¡Era una raza diferente!
En varias ocasiones, cuando
llegaba al Banco de la República, en Girardot, notaba la presencia de un hombre con una
delgadez perfilada, que se sentaba en las escalas del pórtico.
De sombrero llevaba una maraña de
pelo, que en los laterales de su cabeza se esfumó, igual que el humo del
cigarro que nunca deja apagar entre sus dedos.
Lo observaba y me preguntaba qué ideas se desenredaban bajo ese entretejido desordenado,
mientras el humo se escabullía, escalando muy cerca de las banderas izadas
frente al banco.
Luego lo conocí de cerca. En medio de brillanteces y momentos de
desasosiego existencial; normales entre quienes fabrican historias «mías y
tuyas» sobreviviendo a la necesidad de lo cotidiano.
Ricardo Infante es un hombre que
sueña sin parpadear; como un orate cuerdo que mastica las palabras para
saborearlas y luego las escupe con acentos desconcertantes y travesías expuestas a «aciclonamientos» y mediastristezas .
Camina con saltos sostenidos, notorios, como si anduviera atravesando el interior de un libro y quisiera librarse de pisar algún párrafo que hará falta en el futuro. Siempre apresura las palabras al ritmo de sus ideas; las acompasa a una velocidad que las coloca por encima de la estratosfera.
Camina con saltos sostenidos, notorios, como si anduviera atravesando el interior de un libro y quisiera librarse de pisar algún párrafo que hará falta en el futuro. Siempre apresura las palabras al ritmo de sus ideas; las acompasa a una velocidad que las coloca por encima de la estratosfera.
Ese hombre, el desgarbado, el portador de cuentos, de fragmentos de párrafos y lápices a
medio afilar, fue quien presentó la idea del Festival Internacional de
Literatura y Afines de Girardot al Banco de la República a través de su gerente.
Hablar con Ricardo es entrar en
un laberinto de descripciones minuciosas; laberintos obcecados y retrospectivas idealizadas.
EL ORIGEN
El poeta, como también lo llamaré,
comienza a fraguar su idea del festival internacional a partir de las
invitaciones que recibe del Festival de Poesía de Bogotá y de las jornadas
iberoamericanas de poesía.
¡Algo de este tamaño cultural
puede hacerse en Girardot!, pensaba Ricardo, mientras interactuaba con algunas
de las mejores plumas del continente y del mundo.
«En otras oportunidades ya había compartido mesa con Georgia Kaltsidou,
y al verla a ella, al escucharla, me dije qué chévere que esto lo conozcan allá
(Girardot) […]». La mecha ya estaba prendida.
La idea empieza a construirse
adentro de su cabeza brillante y dispersa; concibiendo que el festival en
si no representaba ningún valor si no impactaba en el resto de la
comunidad.
Cuando Ricardo inicia su trabajo
mental para organizar el rompecabezas que recién acababa de adquirir con su
creación a flor de piel, ya se encontraba viviendo nuevamente en Girardot. Algo más de dos años.
Él se convence y se reafirma en
su visión de Girardot como un buen vividero y, a su vez, en la necesidad
obligada de crear espacios Culturales en donde pueda construir, sin sentir la
necesidad de alejarse nuevamente de su tierra y su familia.
«Yo ya estaba viviendo acá de nuevo.
Y al encontrarme con una ciudad que no me brinda esa situación… pero que
me brinda otras muy chéveres para vivir, por ejemplo, que no me las brinda
Bogotá.
El no querer tal vez irme de aquí. El estar amañado como en una zona de confort, pero me hace falta eso [la Cultura]. Entonces hay que construirlo. Me hace falta ese elemento para que la situación, por lo menos en lo personal, para mí, funcione en la maqueta que yo quiero vivir.
Que yo me pueda mover en esos espacios que a mí me gustan y que los tenga a la mano, que no tenga que irme de aquí a buscarlos a otros lados. Girardot es una ciudad maravillosa desde otros aspectos. El climático, la gente, que los amigos, la familia, todo está acá para mí.
Y si no tengo que darle la razón a esas sentencias de que uno no puede hacer sus cosas desde su tierra sino se tiene que ir, entonces yo quiero contrariar esos dichos populares porque veo que si se puede hacer».
El no querer tal vez irme de aquí. El estar amañado como en una zona de confort, pero me hace falta eso [la Cultura]. Entonces hay que construirlo. Me hace falta ese elemento para que la situación, por lo menos en lo personal, para mí, funcione en la maqueta que yo quiero vivir.
Que yo me pueda mover en esos espacios que a mí me gustan y que los tenga a la mano, que no tenga que irme de aquí a buscarlos a otros lados. Girardot es una ciudad maravillosa desde otros aspectos. El climático, la gente, que los amigos, la familia, todo está acá para mí.
Y si no tengo que darle la razón a esas sentencias de que uno no puede hacer sus cosas desde su tierra sino se tiene que ir, entonces yo quiero contrariar esos dichos populares porque veo que si se puede hacer».
LA OPORTUNIDAD
El FILAG «es un laboratorio artístico cultural, en donde no solamente se vincula la parte de la creación sino también se
vincula la parte de la formación y de la gestión. Para hablar culturalmente de una manera
amplia. Ese es el FILAG; un laboratorio
en donde están esos tres aspectos». Lo
describe el poeta con la propiedad que le otorga ser el precursor del certamen.
Me agrada el momento en que
me narra con la emoción que nunca lo abandona cómo fue el día en que se enteró
de la posibilidad de realizar su proyecto.
«Una vez vengo de Bogotá, y llego a la biblioteca muy contento, me
comentan que el señor Alexio me estaba necesitando. Él me necesitaba para contarme de la
convocatoria que había de laboratorios que hace el Banco de la República para
las personas que ya han participado en un certamen que ellos tienen que se llama
Imagen Regional.
Sin embargo, Alexio me propone que hagamos un encuentro de poetas. Mi respuesta es que no, porque Giradot no está
acostumbrada […] es muy duro hacerlo. Mi respuesta es [...] ¡Hagamos un evento como el FILAG!”. Yo le entrego a Alexio algo que vengo planeando. Yo tenía la idea en la cabeza y, alguien con
“poder hacerlo” me lo propuso. Fue sentarme
simplemente a escribirlo».
SUMA DE VOLUNTADES
Realizar un evento de las
magnitudes del Festival
Internacional de Literatura y Afines de Girardot no basta con imaginarlo.
El andamiaje es complejo; la
organización hay que iniciarla por lo menos dos o tres meses antes de su
instalación; el equipo humano que hay que tener dispuesto para afrontar las
diferentes tareas, soportes e imprevistos, debe ser suficiente, por no decir
numeroso.
Hay que pensar en el transporte,
en las adecuaciones de los escenarios y auditorios, en los moderadores; en quiénes van a lograr el material fotográfico, los mejores
momentos para las memorias, el jefe
de prensa y hasta el «todero».
En la necesidad de unión ante
semejante propuesta, tanto Ricardo Infante como Alexio Osorio coinciden en la obligatoriedad
de un número importante de personas para
alcanzar logros que vayan más allá de lo que se alcanzó en la primera versión.
Infante lo reconoce de entrada.
«El FILAG no se puede hacer solo.
Se necesita de un equipo y esa fue una de las falencias que tuvo […]” Pero como encontrando en voz alta
explicación a lo que considera sus errores, continúa: «Y tenía que aprender porque no soy gestor cultural. Yo soy un creador, y así me defino y así
intento ir por la literatura y por el camino del arte visual».
EL BAILE DE LAS GALLINAS
La manera como el poeta concibe su proyecto difiere un tanto con lo que
la experiencia le muestra al gerente del Banco de la República de Girardot.
Infante tenía un mapa en donde el paisaje principal era realizar un
festival itinerante. No bastaba con
llevar bandas a diferentes sitios nocturnos de la ciudad. También contemplaba la posibilidad de que, en
medio de la bulla, la inseguridad y la lejanía, se pudiera descentralizar el
evento. Eso con sencillez quiere decir,
utilizar escenarios diferentes al Banco de la República, sin alejar los de
mayor envergadura.
Planeó llevar el arte al Parque del Bárbula, al desolado Parque de la
Juventud, a algunas universidades; pero la complejidad de la logística con un
número escaso de personas que apoyaban desmoronó cualquier probabilidad.
Lo analiza y
considera que «Nos arriesgamos en fecha
de no estudiantes. Que no tuvo el
impacto de la esencia, que es descentralizar de manera simbólica lo que se
tiene por cultura aquí en Girardot.
Porque todo el mundo ve y siente al Banco de la República como una
entidad cultural. O sea que todo se
presta aquí, pero la gente popular al ver este edificio tan imponente cree que
aquí solamente se reúne la élite, y tal; entonces allí no voy porque “en baile
de gallinas no van las cucarachas”».
Puede que Ricardo tenga razón
desde la apreciación de quien no conoce cómo funciona y qué se hace dentro del
Banco de la República.
Los que asistimos a él sabemos de
su política de puertas abiertas y de la facilidad para ingresar a cualquier
actividad cultural; al punto de que la mayoría de las opciones son
gratuitas. O en su defecto simbólicos
dos mil o tres mil pesos que nunca son equivalentes a la calidad del
espectáculo.
Pero también es innegable que expandir el espectro hasta puntos
insospechados no es descabellado ni imposible. Me identifico con Infante cuando asevera
que «Tal
vez desde este tipo de manifestaciones culturales que nos pueden llevar a
sensibilizar y a crear sociedad de esa manera como uno la piensa».
ALEXIO
Alexio Osorio Villegas - Gerente Banco de la República Girardot |
A Alexio Osorio Villegas lo conozco desde hace algo más de dos
años. Es un ser afable, sensible y
sencillo; paciente, calmado en sus reacciones y pausado en su actuar. Tiene una particularidad especial y es que
sabe escuchar; escucha atento como intentando descifrar misterios escondidos detrás de las palabras. Eso lo hace especial para la tarea de crear
espacios para llenarlos con Cultura.
Es una verdad que, como gerente
del Banco de la República, de no tener el respaldo de la institución haría
mucho menos de lo que hasta hoy ha entregado.
Pero también es evidente, que,
sin la sensibilidad, receptividad y hasta pasión por proyectos de ciudad, propios de su personalidad, también mucho menos se habría hecho por la Cultura
en Girardot.
Los que tienen memoria de elefante
deben recordar qué sucedía antes de llegar esta última dirección. Qué tanto acompañamiento había para los
proyectos Culturales; qué tanta empatía tenía quien debía presentir las
sensaciones de un público ausente; qué tiempo dedicaba para escuchar a los que
llegaban con sus sueños colgando de un proyecto.
Con qué facilidad se ascendía hasta
el tercer piso, sin necesidad de pertenecer a las mismas clases sociales
privilegiadas económicamente.
Consciente de que la realidad
Cultural en Girardot es diferente, lo entrevisté la misma semana que se
conociera su nombre como personaje del año.
HACEDORES DE SUEÑOS
Por supuesto, empeñado en no caer
en la «rutinuidad» de la farándula,
ni en las preguntas deportivas «proforma», en donde en cada partido se repiten
de acuerdo al marcador final, no toqué para nada el tema de su
reconocimiento. El tema trascendente, de
forma y de fondo, era el FILAG y el compromiso de la comunidad alrededor de eventos
de esta profundidad artística y literaria.
Sorprendentemente, para algunos,
Alexio no es el hombre que por verse inmerso dentro de la Cultura adopta
posiciones de erudito inalcanzable ni parafrasea ansioso frases de escritores
célebre, para «descrestar» ingenuos.
Utiliza palabras coloquiales como
por ejemplo «sabe que sí, me parece
chévere. La ciudad necesita ese tipo de
eventos. Y era interesante hacer el
ejercicio […]»; de esta manera contestó cuando comenzamos a hablar sobre el
FILAG.
En este punto se detiene. Como los famosos atletas olímpicos, toma el
impulso necesario que le permita arrancar y con la misma emoción que el atleta recibe la
medalla de oro, narra la experiencia
vivida en el municipio de Ricaurte; un municipio cundinamarqués que queda a
cinco kilómetros de Girardot.
«Una profesora se puso a llorar de lo emocionada. Primero, porque la llenó tanto el tema del
conversatorio, la poesía, la palabra. Y,
por otro lado, qué chévere que eso se hubiera llevado a Ricaurte. Que ella nunca había tenido la posibilidad de
ver personajes como ellos, allá.
Entonces ese tipo ya son de chulear, ¡de ganancia!».
Pero el tema no abarcó únicamente
lo literario. El arte visual también se
entronizó como nunca antes en Girardot se había hecho, en condiciones
similares. Y en esto estoy absolutamente
de acuerdo con Ricardo Infante; el arte hay que llevarlo a las calles, meterlo
por cada uno de los poros de quienes se atreven a enfrentarse a una realidad
diferente, misteriosa pero reveladora como es la artística.
Mural elaborado por el artista Ricardo Muñoz Izquierdo, en el Parque de la Juventud |
Aquí las palabras se desvanecen,
desaparecen difuminadas en una transparencia invisible, para permitir que su
espacio, el cotidiano y capcioso, lo ocupe el color, el trazo, el garabato
enloquecido, lo abstracto dentro de lo formal y lo formal dentro de lo
inconcluso e incomprendido.
Alexio habló sobre el tema
reconociendo su importancia dentro del aporte que se le hace a la calle y a
quienes, con sus pesares a cuestas como mochilas viejas de viaje atraviesan la
casi ciudad diariamente por este sector.
«El muro que se hizo en el Parque
de la Juventud también es un ejercicio chévere, porque ese es el arte
urbano. Y el artista quiso plasmar en lo
poco que conocía de Girardot y le habían contado, la identidad de Girardot».
«Toda la sinergia que hubo con la comunidad y demás con la pintura del
mural. “¡Huy que chévere que ustedes
vinieron a embellecer este sector!”.
Cómo también ese tipo de cosas para ellos funcionó; y esto lo que
demuestra es que no se necesita mucho dinero; lo que se necesita son
voluntades. ¡Suma de voluntades!”
Ricardo Muñoz Izquierdo no es cualquier artista; así lo reconoce el gerente del Banco de la República;
«Pero ese artista es de alto calibre […]
él ha participado en Imágenes Regionales, en grandes exposiciones
interesantes.”
EN ESPERA DE GEORGIA KALTSIDOU
Es cierto. El Festival Internacional de Literatura y
Afines estaba programado para antes de la fecha en que se realizó. Pero sumadas otras situaciones, la más
importante fue que la griega Georgia Kaltsidou no podía para la primera fecha.
Alexio recuerda que «[…] gran
parte de la cancelación, porque esto se iba a hacer en noviembre, fue porque
Georgia no podía en la fecha inicial.
No, esperemos a Georgia; ella dijo que está interesada en venir, pues
corrámonos quince días para que ella pueda venir. Aprovechemos».
Para el festival la asistencia de
ella era necesaria por todo lo que representa a nivel del conocimiento de la
cultura griega, al punto de que su país en el 2008 la destacó como Embajadora
del Helenismo.
Sin despreciar, por supuesto, su
poesía, que se enreda entre las realidades del ser humano y el existencialismo
del hombre, que fácilmente se puede confundir en medio de vórtices de
diferentes dimensiones que contraponen el ser con el deber ser.
«UN TEMA ADMINISTRATIVO LOCO»
El FILAG tiene las aristas que se
le quiera encontrar. La organización, el
presupuesto, los artistas, la logística, los imprevistos, los apoyos. Un todo para dos días de presentaciones.
El gerente, fue recordando uno a
uno, los momentos más importantes, pero también los más difíciles antes y
durante el evento. No sin antes
reconocer la ayuda permanente que le prestó Lina Marcela Velásquez Pinzón,
Analista Servicios Culturales.
Lina Marcela Velásquez Pinzón, Analista Servicios Culturales del Banco de la República |
Por lo que me contó el corre-corre
fue impresionante. «Hacer el contacto con la gente; envíeme la carta a los hoteles, ubicar
los documentos para poder ingresar a los invitados a la base de datos. Un tema
administrativo loco; dos de ellos eran extranjeros y no es lo mismo contratar a
un extranjero que a un colombiano».
Después de que se habló durante
varias semanas de que algunos escritores se presentarían en el municipio de
Agua de Dios, nunca se pudo concretar.
Parece ser que los efectos de la grandiosa «Cumbre» también llegaron
hasta esta preciosa tierra cundinamarquesa; lo que obligó a
cancelar esta presentación.
El tema del trasporte también fue
coyuntural; a quienes se presentaban en el municipio de Ricaurte había que
transportarlos ida y vuelta, como es lógico.
Pero simultáneamente se presentaron otros compromisos inherentes al
evento que también exigían un vehículo para movilizar a otros invitados. Situación compleja que exigió que mientras el
gerente llevaba a unos, Lina Marcela lo hiciera con el resto de participantes.
PUDO SER MÁS GRANDE…
El número de asistentes a eventos
como los que organiza el Banco de la República, el Club de Lectura Girardot,
Senderos y algún esporádico gestor cultural, aún me inquieta. (Aquí hay que diferenciar entre lo que está
en el plano netamente Cultural y actos de entretenimiento que pretenden presentar como Culturales).
Preocupa un tanto, porque siento que no crecemos en la medida que
deberíamos, considerando el tiempo que se ha invertido para poder enamorar con Cultura a un número importante de ciudadanos.
A mi esa figurita de tener que
agarrarse necesariamente de los
universitarios y llenar los auditorios con ellos no me convence. No me agrada, no me gusta. Siento que se está haciendo un rapto, un
secuestro cultural, una desaparición forzada momentánea en donde el cuerpo se
encuentra en un lugar, pero la mente se pierde entre las luces, las sillas y un
escenario surrealista.
Igual sucede con los
colegios. El estudiante llega
«conducido» por los profesores y son escasos los que atienden voluntariamente.
Alexio en lo primero, lo del
número de asistentes a esta clase de actividades, piensa diferente al poeta.
Hablando de cómo se planeó el FILAG, él siente que «el ejercicio salió positivo. Primero,
porque insistían mucho en que teníamos que hacerlo antes de que salieran las
universidades; y yo decía, bueno ¿y por qué las universidades? Al que le gusta le gusta […] hagámoslo en una
época fría […] Y los resultados en estadísticas para nosotros fueron
buenos. Setenta, ochenta, noventa
personas; cien en Ricaurte».
Y a la larga si se revisan otras
razones para justificar, entender o explicar el número de asistentes también
hay que llegar al tema de los horarios.
No todo el mundo tiene las horas laborales, entre semana, disponibles
para alimentar su espíritu con mitología griega, poesía y
conversatorios. Creo que las hora de los
eventos también está influyendo en la calidad y el número de la audiencia.
Pero la dimensión del evento
también está sujeta a variables como el número de personas que aportan en la
construcción y desarrollo del mismo y el recurso económico, como los
elementos más sobresalientes para tener en cuenta.
«Entonces, independientemente de que esto pudo haber sido mucho más
grande…pero hay que tener en cuenta algo: Es que esto puede ser mucho más
grande cuando hay otra gente aportando.
Yo tengo que trabajar con ese presupuesto; le puedo decir a usted cuánto
pudo haber costado esto”. Alexio
comenzó a dictarme números. El total de
la inversión pasó por los ocho millones de pesos. Un poquito más.
Continúa diciendo, “Entonces sí hay otras voluntades y otros
recursos; y fíjese que a veces ni de plata sino de movilidad, por ejemplo. Si
estos son proyectos de ciudad tienen que haber otras voluntades. Y vaya usted venda este tipo de cosas a ver
cómo le va. La experiencia ya está, el
curso ya está hecho […] Póngase a mirar Darío, cuántos éramos moviendo
esto…tres personas. Lina, yo y Ricardo
[…] ¿dónde está el recurso humano? […]».
LA GENEROSIDAD DE LOS ARTISTAS
Puede ser que el compromiso y emoción
de los invitados contraste en algo con nuestra endémica apatía y enajenación
espiritual.
Lo digo teniendo en cuenta las
palabras de Alexio cuando de la incondicionalidad de algunos maestros hace
referencia. «Y muchos de ellos también
fueron generosos con su tiempo. Muchos
de ellos se podían haber ido ese mismo día o al otro día…y no, se quedaron
haciendo el trabajo en unas zonas que no son las habituales. En los bares, en el parque, en Ricaurte».
De Ricardo Muñoz también
reconoció su entrega a la causa. «Y también fue generoso él; porque yo le
pagué dos días, pero estuvo como ocho días […] Dufay Bustamante y el pintor se hospedaron
en el hotel La Barra». Hecho para
resaltar, señalando que Ángela Rodríguez, propietaria del hotel, facilitó la
estadía de los invitados de manera desinteresada.
Ya como un acto por fuera del
Banco de la República, enalteciendo la música y colocándola en un nivel sublime
de improvisación y talento, por primera vez en el puerto se programó un
encuentro de bandas musicales interpretando melodías que, como un cometa
celeste, iluminaron el firmamento de los mortales, que escondieron por un
instante sus miedos antes de despuntar el alba.
Entre el 30 de noviembre y el 1
de diciembre Girardot convivió con artesanos de palabras, fabricantes de
imágenes, traductores de silencios, en una comunión que, por invisible para
muchos, no dejó de ser real, valiosa y pletórica de belleza.
LOS INVITADOS
Ricardo Muñoz Izquierdo, ErnestoGutiérrez Barrero, y los poetas:
Gorgia Kaltsidou
ARTÍFICES
Se han
reunido
los
artífices de fama
para
crear el mundo
que nos
alimentará con bellotas
como los
compañeros de Ulises
convertidos
en puercos
que nos
dará prestadas almas
facilitándonos
en dosis módicas
la compra
de nuestra muerte
que nos
entregará generosamente
múltiples
ideales usados
para
ayudarnos a profundizar
en
nuestra somnolencia
que
reducirá nuestra angustia
informándonos
a diario
sobre el
estado de nuestra fe
que
fortalecida en la Bolsa
saldrá a
buscar más fieles
El modelo
se diseñará
sobre
patrones de subyugación
que
espantará
al más
feroz de los piratas
A cambio
nosotros
dejaremos
de luchar
en nombre
de la libertad
y
defenderemos la paz
con
consignas poderosas
invocadas
solamente
en
recintos cerrados
de
meditación
***
Teniendo
siempre en mente
el
bienestar de los humanos
los
artífices del Mundo Nuevo
nos
permitirán ser libres
para
obedecer a los poderosos
haciendo
de nosotros
ilustres
hampones
en pos de
supervivencia
Y con el
afán de instalar
la
escurridiza Justicia
en el
Mundo Nuevo
sus
benefactores
nos
dejarán leyes
al vaivén
de convenciones
para
reunir alrededor de la hoguera
a los
ilusos defensores
de la
vida
SEMILLA
SI UNA
SEMILLA HABLARA
Desde muy
dentro diría
SE, MI ,
YA /
Si
encuentra tierra hábil, apta
Está
alla-ando
Alla-ando, y acá también
y Cree
ser, Creé ser,
creé en
el ser que creé
y CRECE
y da
ramas,
y te
derramas por tubos
Que
vanAciendo
tu bosque tu voz que
dará más
quedará
mas
dara mas
dar a mas
dar amas?
SEÑAL DE HUMO
Releer
esta carta
hecha de
otros materiales,
contenida
en un espacio
donde
también nos vaciamos
como una
cascada que funciona
armónica
con el tiempo.
Éstas son
las cosas que nos tocan.
BALDÍA LA TIERRA QUE NO ARDE
Abril
como un incendio de tigres quema tu cuerpo madreselva
y el
averno de viento aletea una niña de hojas y narcisos
nada
queda en la savia de Deméter
ya se
secaron sus pechos blandos
el tibio
recuerdo de su retoño le enmudece el vientre
y la
ausencia esparce su perfume negro
y la
tierra se deshace en un sudario de polvo
y las
hembras se arrancan el pelaje en sacrificio
vuelven a
ser Eva, vuelven a ser tuya
arden en
tu piel de primavera
duermen
en tu lengua de serpiente
que
humedecida de lunas
siembra
sus bocas de peces
SÚPLICA A JULIO CORTÁZAR
Julio, es
hora de que me vendas o intercambiemos
El poema
donde aparece tu firma, el titulado “El encubridor”,
El que
dice de un hombre
Que salió
del país por “miedo del queso con ratón”.
Ese poema
es mío y tú me lo robaste.
Y aunque
hayas agregado en él
Que “un
mismo espejo es todos los espejos”,
Con eso
quieres encubrir el robo que me hiciste.
Devuélvemelo
entero, no es justo
Que yo, y
toda una generación, estemos en el anonimato por tu culpa.
La mañana
antes de yo escribirlo
Salía de
Colombia, todo porque en la casa
Tuve
miedo del queso con ratón,
Fue el
ratón más cruel de nuestra historia.
Quise
encubrir con esa metáfora la violencia y el hambre.
Pero tú
te apoderaste de él por un descuido mío
Cuando lo
abandoné en un café del centro de Buenos Aires.
Ese poema
yo lo comencé así:
Ese que sale de su país
porque tiene miedo,
no sabe de qué,
miedo del queso con ratón,
de la cuerda entre los
locos,
de la espuma en la sopa.
Y tuviste el descaro de poner
“Julio Cortázar” al final.
Lo
escribí esa mañana porque en Colombia teníamos tanto miedo
Que
veíamos espuma en la sopa y a hombres con una cuerda en la
mano.
Tú nunca
has tenido miedo, ni de tus propios bestiarios.
Devuélvemelo
en intercambio por unas zapatillas rojas que te hacen
bien al frío, ché,
Las usó
James Joyce mientras escribía su Ulises.
Además yo
lo escribí calzado con esas mismas zapatillas.
Es hora
de que borres tu firma debajo de ese poema,
Si yo
tuve miedo, tú sí deberías sentir mucha vergüenza del queso
con ratón.
DESOLLANDO
EL LLANTO
Yo que
tengo por costumbre esta manía,
esta
verborrea pegada
como
cuero roto entre los labios,
yo que
grito y berreo
hasta
ponerme hinchado el corazón
y los
puños morados
de tanto
darle a nada y resentido.
Yo que me
levanto a veces
con
cierta repugnancia
arrinconada
y susurrando,
tengo que
decir,
que no es
veneno lo que pasa
sino un
sabor originario
que a
veces nos pone a todos
de luto
hasta los sueños.
Esto de
tener que vivir como saliendo a escena
(como
porfiando viento,
muecas de
fastidio entre los ojos),
es apenas
un motivo
para
echarle fuego hasta la sombra.
La vaina
sencilla de levantarme con fastidio,
de saber
que vuelvo al ruedo aniquilando quejas
tiene
cierta insistencia de aguja
punzado
la carne
o
cualquier cosa que posibilite un grito.
Es que
crecer, de pronto,
con el
olor de la sangre a ras de aliento
es como
ponerse a recordar
lo echado
a perder entre los sueños.
Que lo
serio es esto;
ponerse a
vivir como si fuera cierto.
Llevar
del pescuezo y a rastras,
la
sonrisa de hipócrita al trabajo,
ponerse a
hacer familia;
abultar
con cansancio las rutinas,
llegar
como despierto hasta un domingo;
ponerse a
mirar los días
como si
fueran diplomas colgados en el pecho
y llorar,
hasta reventar la sombra
como
pompa de jabón entre los dedos.
Es que
gritar así no lleva a cuento
sino a
meras certezas de cuchillo.
Es esa
rasquiña,
esa
esquirla poniendo rojo el desespero.
Yo tengo
esta manía,
este
desagrado hacia el reloj de las esquinas,
esta gana
de bajarme del mundo para siempre,
de
ponerle tarjeta de vencido
a la
mueca de amor que me vendieron.
Es que
cargar de pronto
con tanto
lío de silencios
perpetrando
ciertas decepciones,
con el
capricho de saludar amigos
y
encontrar sorpresas como si fueran rostros,
le vuelve
arisca el alma a uno,
le carga
con fastidio las cobijas.
Yo tengo
desgarrado algo
que se me
sale, a veces, a maldecir los días;
la sensación
de no hallarme,
la
negación del tiempo
haciendo
estragos en mis huesos.
Es que
uno, a veces,
se
levanta muerto
rajado a
la mitad,
apenas
floreciendo monotonías
y
bostezando hastíos.
Es que
uno, a veces,
se echa a
podrirse
encima de
contritos desalientos,
se nos
eriza el compungido
o una
gana de rompernos las entrañas
nos pone
a mirar cualquier soledad con odio
hasta
estallar lamentos.
Es que a
veces, yo, como cualquiera,
enervado
con ciertas cosas
que le
sacan filo a la tristeza
me pongo
en el oficio
de
desollar el llanto.
Como poetas locales fueron invitados
Irinarco Perdomo, Carlos Rodríguez y Jorge Castilla. Además del nuevo colectivo Cinco Estaciones,
que enriquece su presentación con música y narrativa. Un espacio en donde pensar se hace
indispensable.
BÁRBARA LEÓN GÓMEZ: «YUMA. LITERATURA, POESÍA Y ALGO MÁS».
Bárbara León Gómez |
Otro evento cultural que coloca un techo alto en el 2017.
Bárbara León Gómez, su
organizadora. La misma que camina apresurada
con su cabello azabache arremolinado y díscolo, encadenada a su maletín
atiborrado de proyectos, cálculos, libros y sueños pendientes por compartir.
El 16 de noviembre, los
asistentes al auditorio de la Universidad Cundinamarca de Girardot tuvieron el
privilegio de apreciar en un conversatorio a tres de los más reconocidos
escritores colombianos.
Luz Mary Giraldo, poetisa,
ensayista y profesora universitaria;
Edgar Sandino Velásquez, maestro de artes escénicas, investigador,
coreógrafo, bailarín, director teatral y catedrático universitario; y José Luis Díaz Granados, novelista, poeta y periodista, de origen samario.
Todos ellos cargados de premios,
nominaciones, invitaciones internacionales, que explican la calidad de sus
obras.
Dialogar con Bárbara exige
proveerse de una resistencia especial porque el voltaje de esta mujer es
extremadamente alto. Ella misma
reconoce, casi tímidamente, su intensidad por la Cultura. ¡Y eso es lo que más me agrada de ella!
Cuando comenzó a hablar, encontrándonos
en la biblioteca del Banco de la República, lo hizo entre susurros, temerosa de molestar a
quienes junto a nosotros leían, sumergidos en un maremágnum de palabras que se
descolgaban de las márgenes, asfixiándolos placenteramente.
Bárbara es veterana en las lides
de la Cultura. Curtida, cerebral, excesivamente organizada.
LOS INCONDICIONALES
Aunque normalmente Bárbara cruza
rauda ante el tiempo, solitaria, tiene compañeros, amigos, que le alcahuetean
todos los proyectos que pueda imaginar. Al menos así ocurrió con
«Yuma. Literatura, poesía y algo
más».
Luz Mary Giraldo, una de las
escritoras invitadas, es una persona muy cercana a ella y a su familia; Efraín
Gutiérrez Zambrano, docente, poeta y filósofo, ayudó con la invitación de Edgar
Sandino. José Luis Díaz Granados llega, afortunadamente digo yo, por el
contacto que Luz Mary Giraldo hizo con él a petición de Bárbara León.
Por otra parte, aparece Jessica
Muñoz, integrante del Club de Lectura Girardot, quien «constantemente estuvo».
Anderson Rodríguez diseñó el
video y el afiche del evento. Sebastián
Leal, filólogo, fue un puente importante de contacto con la Universidad
Cundinamarca. Además de la participación
de dos docentes del mismo claustro académico que colocaron como trabajo de
estudio la lectura de libros de los escritores invitados.
La misma universidad facilitó 200
afiches publicitarios, seguramente aplicando sugerencias de Lorenzo Uribe, quien
amablemente aportó sus ideas para la divulgación del conversatorio.
Es toda una red la que se teje
alrededor de un evento, que como este, reunió a escritores maduros, expertos, ricos
en producción literaria, sensibilizando al auditorio con sus
experiencias de vida, sus sufrimientos, sus exilios, sus estigmatizaciones y
huidas. Fue un momento encantador en
donde la palabra se tomó pacífica pero efusivamente el auditorio de la
Universidad Cundinamarca.
RESISTENCIA CIVIL
La expresión «resistencia civil»
atemoriza a los reaccionarios porque la relacionan inmediatamente con violencia
física o porque ven amenazados sus áreas de poder, principalmente en espacios
políticos.
Bárbara León, en cambio, la sugiere como un revulsivo que le demuestre
a quienes por «mandato popular» fueron elegidos (figuras pétreas que ni de ornato sirven), que
las comunidades se pueden empoderar de la Cultura con suficiente capacidad.
«Tiene que traducir en una resistencia civil ciudadana. -Ustedes no son capaces de hacer, nosotros lo
estamos haciendo- […]». Sentenciando
además que «tenemos que ser como esa
piedra en el zapato; no que forme callo, sino que obligue a quitarse el zapato
para sacarla y ahí poder andar».
Y pienso que precisamente es lo
que está ocurriendo en este momento en Girardot. Ya empezaron a nacer grupos, colectivos,
alianzas, que juntando sus fuerzas alrededor de la Cultura, están demostrando
que no hay por qué esperar a que los que están castrados culturalmente,
terminen por castrar a todo el pueblo.
Por lo mismo «Yuma. Literatura, poesía y algo más», puede parecerse demasiado a un evento de Resistencia Civil que organizó Bárbara con su grupo de
compañeros. Sin la alharaca de los
ególatras, sin la presunción de quienes necesitan figurar con elogios exagerados para mañana aprovechar su popularidad. Con la valentía de los
innovadores y emprendedores, ella ubicó en el escenario a tres grandes
representantes de la literatura nacional e internacional. Resistencia Civil, como lo apunta, «en defensa de la Cultura y sus
manifestaciones».
Finalmente, haciendo un balance
del 2017, coincidimos en que fue un año en donde la Cultura tuvo una
preponderancia notable en relación a años anteriores. Y eso se comienza a sentir, analiza Bárbara,
porque «[…] toda la sociedad está ansiosa
y necesita de estos espacios».
COLECTIVO CULTURAL SENDEROS
Colectivo cultural Senderos en sus comienzos. De izquierda a derecha, Rodolfo Rodríguez Delgadillo, Elmar Darío Pautt Gutiérrez, Alexio Osorio Villegas, Angélica Araujo Lemus, Freddy Laverde y Armando García Yepes. |
Este, como los demás proyectos,
también es una suma de voluntades. Ocho
integrantes que lo único que tenían en común cuando aceptaron escuchar la propuesta de conformar un grupo que ocupara los espacios abandonados por el gobierno
local y departamental, era su incondicionalidad con el arte y la Cultura.
Cumpliendo en lo posible la
Misión, trabajó principalmente con niños de escuelas y veredas aledañas.
Se presentó en sociedad el 18 de
agosto con «Mil Almas. ¡Es tiempo deCultura!»; un evento que
conjugó teatro, música, danza clásica, conversatorio, lectura en voz alta, poesía, durante doce horas ininterrumpidas.
Arte navideño terminado por los niños de la vereda San Lorenzo, en el departamento de Cundinamarca |
Clausuró su actividad Cultural el
2 de diciembre llevando a la vereda San Lorenzo un taller de arte
navideño. Aproximadamente treinta niños,
de seis a catorce años, tuvieron la oportunidad de aprender divirtiéndose; y de
llevar un obsequio que alegrara sus horas de ocio.
Hay otros ejemplos de suma de
voluntades que no relaciono en este artículo.
Pero que también aportan a la construcción de conciencia, respeto,
tolerancia y amor a través de manifestaciones culturales.
Somos suficientes para
apropiarnos con dignidad y convicción de la Cultura en Girardot.
Nota: Habitualmente escribo con mayúscula inicial la palabra Cultura. Es mi manera de imprimirle la importancia y prioridad que se merece.
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