viernes, 12 de enero de 2018







¡LA CULTURA ES NUESTRA!


Recital inaugural de poesía del FILAG.  De izquierda a derecha Héctor Hernán Hurtado Botero, Mario Torres Duarte, Georgia Kaltsidou, Sandy Juhasz, Zeuxis Vargas y Jorge Castilla

Existe una innegable diferencia entre quienes descuartizan sociedades y los que las construyen a través de la Cultura.

Los primeros, establecen alianzas que terminan en «conciertos para delinquir».

Los segundos, los que construyen sociedad, por desconfianza o ingenuidad, trabajan aisladamente; provocando una fragilidad en la estructura, que impide la concreción de proyectos que impacten diferencial y progresivamente en la transformación de las comunidades.

Pero en Girardot esta última condición parece irse desvaneciendo lentamente (más lentamente de lo que se deseara), adquiriendo visos más definidos y promisorios.

Y es que una nueva sensación se percibió en el espectro Cultural del 2017.  Es una sensación que me llega por la cantidad y calidad  de eventos, actividades, colectivos, grupos y personas interesadas en plantar con la Cultura una sociedad diferente; en donde la inteligencia, la sensibilidad, las bellas artes y la inspiración, sobrepasen las fronteras de lo banal, lo corrupto, lo rústicamente necesario para mantener adormecido el carácter innato de lo estético. 

Una de esas señales de que Girardot comenzó a mostrar un comportamiento diferente, en donde se ha entendido que la sartén por el mango no la tiene el alcalde parroquial, ni los cabildantes arribistas, ni los duendes calvos que aparecen en todas las fotografías como espantos portadores de pésimas promesas, es el reconocimiento hecho por una publicación local a Alexio Osorio Villegas como el personaje del año 2017.

Cómo reconforta el alma y tranquiliza el espíritu, que por fin los ojos de quienes mantienen el compromiso de informar, aunque demasiadas veces olviden hacerlo, vean más allá del derruido y desmoralizado edificio municipal; que sopesen el trabajo que se realiza desde la orilla invisible.  ¡La de la Cultura!

Es una advertencia de que las cosas, tal vez, se están empezando a hacer correctamente.

Aunque las estadísticas siempre serán motivo de alegría o desazón, depende del lugar del que el encuestado se encuentre, para el Banco de la República en Girardot los dígitos no podían ser mejores.  Al cierre del 2017 el número de asociados en las diferentes categorías para préstamo de material externo fue de 1.163 miembros; mientras que de  visitantes a las presentaciones culturales y servicios, 223.208 personas. 

Pero los números son cifras que se congelan en el tiempo, pienso, si no los acompañan hechos que se puedan palpar y sopesar.  Y de eso sí que existe para la historia cultural del pasado año que recién terminó.


RICARDO INFANTE Y EL FILAG

Ricardo Infante 

Festival Internacional de Literatura y Afines de Girardot es lo que traduce la sigla FILAG.

Sin riesgo a equivocarme, el evento cultural más importante de las últimas cuatro décadas. Comparable en trascendencia e importancia únicamente con las presentaciones del ballet de Delia Zapata Olivella o el Circo Ruso, en la década de los sesenta, en el Teatro Cultural Luis Enrique Osorio.  Cuando las administraciones municipales eran iguales de incultas a las actuales pero nuestros padres eran más osados, apasionados y entregados a un ideal.  ¡Era una raza diferente!

En varias ocasiones, cuando llegaba al Banco de la República, en Girardot,  notaba la presencia de un hombre con una delgadez perfilada, que se sentaba en las escalas del pórtico. 

De sombrero llevaba una maraña de pelo, que en los laterales de su cabeza se esfumó, igual que el humo del cigarro que nunca deja apagar entre sus dedos.  Lo observaba y me preguntaba qué ideas se desenredaban  bajo ese entretejido desordenado, mientras el humo se escabullía, escalando muy cerca de las banderas izadas frente al banco.
 
Luego lo conocí de cerca.  En medio de brillanteces y momentos de desasosiego existencial; normales entre quienes fabrican historias «mías y tuyas» sobreviviendo a la necesidad de lo cotidiano.

Ricardo Infante es un hombre que sueña sin parpadear; como un orate cuerdo que mastica las palabras para saborearlas y luego las escupe con acentos desconcertantes y travesías  expuestas a «aciclonamientos» y  mediastristezas .

Camina con saltos  sostenidos, notorios, como si anduviera atravesando el interior de un libro y quisiera librarse de pisar algún párrafo que hará falta en el futuro.  Siempre apresura las palabras al ritmo de sus ideas; las acompasa a una velocidad que las coloca por encima de la estratosfera.
 
Ese hombre, el desgarbado, el portador de cuentos,  de fragmentos de párrafos y lápices a medio afilar, fue quien presentó la idea del Festival Internacional de Literatura y Afines de Girardot al Banco de la República a través de su gerente.

Hablar con Ricardo es entrar en un laberinto de descripciones minuciosas; laberintos obcecados y retrospectivas idealizadas.


EL ORIGEN

El poeta, como también lo llamaré, comienza a fraguar su idea del festival internacional a partir de las invitaciones que recibe del Festival de Poesía de Bogotá y de las jornadas iberoamericanas de poesía.

¡Algo de este tamaño cultural puede hacerse en Girardot!, pensaba Ricardo, mientras interactuaba con algunas de las mejores plumas del continente y del mundo.

«En otras oportunidades ya había compartido mesa con Georgia Kaltsidou, y al verla a ella, al escucharla, me dije qué chévere que esto lo conozcan allá (Girardot) […]».  La mecha ya estaba prendida.

La idea empieza a construirse adentro de su cabeza brillante y dispersa; concibiendo que el festival en si no representaba ningún valor si no impactaba en el resto de la comunidad.

Cuando Ricardo inicia su trabajo mental para organizar el rompecabezas que recién acababa de adquirir con su creación a flor de piel, ya se encontraba viviendo nuevamente en Girardot.  Algo más de dos años.

Él se convence y se reafirma en su visión de Girardot como un buen vividero y,  a su vez, en la necesidad obligada de crear espacios Culturales en donde pueda construir, sin sentir la necesidad de alejarse nuevamente de su tierra y su familia.

«Yo ya estaba viviendo acá de nuevo.  Y al encontrarme con una ciudad que no me brinda esa situación… pero que me brinda otras muy chéveres para vivir, por ejemplo, que no me las brinda Bogotá.

El no querer tal vez irme de aquí.  El estar amañado como en una zona de confort, pero me hace falta eso [la Cultura].    Entonces hay que construirlo.  Me hace falta ese elemento para que la situación, por lo menos en lo personal, para mí, funcione en la maqueta que yo quiero vivir. 

Que yo me pueda mover en esos espacios que a mí me gustan y que los tenga a la mano, que no tenga que irme de aquí a buscarlos a otros lados. Girardot es una ciudad maravillosa desde otros aspectos.  El climático, la gente, que los amigos, la familia, todo está acá para mí.

Y si no tengo que darle la razón a esas sentencias de que uno no puede hacer sus cosas desde su tierra sino se tiene que ir, entonces yo quiero contrariar esos dichos populares porque veo que si se puede hacer».


LA OPORTUNIDAD

El FILAG «es un laboratorio artístico cultural, en donde no solamente se vincula la parte de la creación sino también se vincula la parte de la formación y de la gestión.  Para hablar culturalmente de una manera amplia.  Ese es el FILAG; un laboratorio en donde están esos tres aspectos». Lo describe el poeta con la propiedad que le otorga ser el precursor del certamen.

Me agrada el momento en que me narra con la emoción que nunca lo abandona cómo fue el día en que se enteró de la posibilidad de realizar su proyecto.

«Una vez vengo de Bogotá, y llego a la biblioteca muy contento, me comentan que el señor Alexio me estaba necesitando.  Él me necesitaba para contarme de la convocatoria que había de laboratorios que hace el Banco de la República para las personas que ya han participado en un certamen que ellos tienen que se llama Imagen Regional.

Sin embargo, Alexio me propone que hagamos un encuentro de poetas.  Mi respuesta es que no,  porque Giradot no está acostumbrada […] es muy duro hacerlo. Mi respuesta es [...] ¡Hagamos un evento como el FILAG!”.  Yo le entrego a Alexio algo que vengo planeando.  Yo tenía la idea en la cabeza y, alguien con “poder hacerlo” me lo propuso.  Fue sentarme simplemente a escribirlo».


SUMA DE VOLUNTADES

Realizar un evento de las magnitudes del Festival Internacional de Literatura y Afines de Girardot no basta con imaginarlo. 

El andamiaje es complejo; la organización hay que iniciarla por lo menos dos o tres meses antes de su instalación; el equipo humano que hay que tener dispuesto para afrontar las diferentes tareas, soportes e imprevistos, debe ser suficiente, por no decir numeroso.

Hay que pensar en el transporte, en las adecuaciones de los escenarios y auditorios, en los moderadores; en quiénes van a lograr el material fotográfico, los mejores momentos para las memorias, el jefe de prensa y hasta el «todero».

En la necesidad de unión ante semejante propuesta, tanto Ricardo Infante como Alexio Osorio coinciden en la obligatoriedad de un número importante de personas  para alcanzar logros que vayan más allá de lo que se alcanzó en la primera versión.

Infante lo reconoce de entrada.  «El FILAG no se puede hacer solo. Se necesita de un equipo y esa fue una de las falencias que tuvo […]”  Pero como encontrando en voz alta explicación a lo que considera sus errores, continúa: «Y tenía que aprender porque no soy gestor cultural.  Yo soy un creador, y así me defino y así intento ir por la literatura y por el camino del arte visual».


EL BAILE DE LAS GALLINAS

La manera como el poeta concibe su proyecto difiere un tanto con lo que la experiencia le muestra al gerente del Banco de la República de Girardot. 

Infante tenía un mapa en donde el paisaje principal era realizar un festival itinerante.  No bastaba con llevar bandas a diferentes sitios nocturnos de la ciudad.  También contemplaba la posibilidad de que, en medio de la bulla, la inseguridad y la lejanía, se pudiera descentralizar el evento.  Eso con sencillez quiere decir, utilizar escenarios diferentes al Banco de la República, sin alejar los de mayor envergadura.

Planeó llevar el arte al Parque del Bárbula, al desolado Parque de la Juventud, a algunas universidades; pero la complejidad de la logística con un número escaso de personas que apoyaban desmoronó cualquier probabilidad.

Lo analiza y considera que «Nos arriesgamos en fecha de no estudiantes.  Que no tuvo el impacto de la esencia, que es descentralizar de manera simbólica lo que se tiene por cultura aquí en Girardot.  Porque todo el mundo ve y siente al Banco de la República como una entidad cultural.  O sea que todo se presta aquí, pero la gente popular al ver este edificio tan imponente cree que aquí solamente se reúne la élite, y tal; entonces allí no voy porque “en baile de gallinas no van las cucarachas”».

Puede que Ricardo tenga razón desde la apreciación  de quien no conoce cómo funciona y qué se hace dentro del Banco de la República.

Los que asistimos a él sabemos de su política de puertas abiertas y de la facilidad para ingresar a cualquier actividad cultural; al punto de que la mayoría de las opciones son gratuitas.  O en su defecto simbólicos dos mil o tres mil pesos que nunca son equivalentes a la calidad del espectáculo.

Pero también es innegable que expandir el espectro hasta puntos insospechados no es descabellado ni imposible.  Me identifico con Infante cuando asevera que  «Tal vez desde este tipo de manifestaciones culturales que nos pueden llevar a sensibilizar y a crear sociedad de esa manera como uno la piensa».


ALEXIO

Alexio Osorio Villegas - Gerente Banco de la República Girardot

A Alexio Osorio Villegas  lo conozco desde hace algo más de dos años.  Es un ser afable, sensible y sencillo; paciente, calmado en sus reacciones y pausado en su actuar.  Tiene una particularidad especial y es que sabe escuchar; escucha atento como intentando descifrar misterios  escondidos detrás de las palabras.  Eso lo hace especial para la tarea de crear espacios para llenarlos con Cultura.

Es una verdad que, como gerente del Banco de la República, de no tener el respaldo de la institución haría mucho menos de lo que hasta hoy ha entregado.

Pero también es evidente, que, sin la sensibilidad, receptividad y hasta pasión por proyectos de ciudad, propios de su personalidad, también mucho menos se habría hecho por la Cultura en Girardot.

Los que tienen memoria de elefante deben recordar qué sucedía antes de llegar esta última dirección.  Qué tanto acompañamiento había para los proyectos Culturales; qué tanta empatía tenía quien debía presentir las sensaciones de un público ausente; qué tiempo dedicaba para escuchar a los que llegaban con sus sueños colgando de un proyecto.

Con qué facilidad se ascendía hasta el tercer piso, sin necesidad de pertenecer a las mismas clases sociales privilegiadas económicamente.

Consciente de que la realidad Cultural en Girardot es diferente, lo entrevisté la misma semana que se conociera su nombre como personaje del año.


HACEDORES DE SUEÑOS

Por supuesto, empeñado en no caer en la «rutinuidad» de la farándula, ni en las preguntas deportivas «proforma», en donde en cada partido se repiten de acuerdo al marcador final, no toqué para nada el tema de su reconocimiento.  El tema trascendente, de forma y de fondo, era el FILAG y el compromiso de la comunidad alrededor de eventos de esta profundidad artística y literaria.

Sorprendentemente, para algunos, Alexio no es el hombre que por verse inmerso dentro de la Cultura adopta posiciones de erudito inalcanzable ni parafrasea ansioso frases de escritores célebre,  para «descrestar» ingenuos.

Utiliza palabras coloquiales como por ejemplo «sabe que sí, me parece chévere.  La ciudad necesita ese tipo de eventos.  Y era interesante hacer el ejercicio […]»; de esta manera contestó cuando comenzamos a hablar sobre el FILAG. 

En este punto se detiene.  Como los famosos atletas olímpicos, toma el impulso necesario que le permita arrancar y  con la misma emoción que el atleta recibe la medalla de oro, narra  la experiencia vivida en el municipio de Ricaurte; un municipio cundinamarqués que queda a cinco kilómetros de Girardot.

«Una profesora se puso a llorar de lo emocionada.  Primero, porque la llenó tanto el tema del conversatorio, la poesía, la palabra.  Y, por otro lado, qué chévere que eso se hubiera llevado a Ricaurte.  Que ella nunca había tenido la posibilidad de ver personajes como ellos, allá.  Entonces ese tipo ya son de chulear, ¡de ganancia!».

Pero el tema no abarcó únicamente lo literario.  El arte visual también se entronizó como nunca antes en Girardot se había hecho, en condiciones similares.  Y en esto estoy absolutamente de acuerdo con Ricardo Infante; el arte hay que llevarlo a las calles, meterlo por cada uno de los poros de quienes se atreven a enfrentarse a una realidad diferente, misteriosa pero reveladora como es la artística.

Mural elaborado por el artista Ricardo Muñoz Izquierdo, en el Parque de la Juventud

Aquí las palabras se desvanecen, desaparecen difuminadas en una transparencia invisible, para permitir que su espacio, el cotidiano y capcioso, lo ocupe el color, el trazo, el garabato enloquecido, lo abstracto dentro de lo formal y lo formal dentro de lo inconcluso e incomprendido.

Alexio habló sobre el tema reconociendo su importancia dentro del aporte que se le hace a la calle y a quienes, con sus pesares a cuestas como mochilas viejas de viaje atraviesan la casi ciudad diariamente por este sector.  «El muro que se hizo en el Parque de la Juventud también es un ejercicio chévere, porque ese es el arte urbano.  Y el artista quiso plasmar en lo poco que conocía de Girardot y le habían contado, la identidad de Girardot».

«Toda la sinergia que hubo con la comunidad y demás con la pintura del mural.  “¡Huy que chévere que ustedes vinieron a embellecer este sector!”.  Cómo también ese tipo de cosas para ellos funcionó; y esto lo que demuestra es que no se necesita mucho dinero; lo que se necesita son voluntades.  ¡Suma de voluntades!”  

Ricardo Muñoz Izquierdo no es cualquier artista; así lo reconoce el gerente del Banco de la República; «Pero ese artista es de alto calibre […] él ha participado en Imágenes Regionales, en grandes exposiciones interesantes.”


EN ESPERA DE GEORGIA KALTSIDOU

Es cierto.  El Festival Internacional de Literatura y Afines estaba programado para antes de la fecha en que se realizó.  Pero sumadas otras situaciones, la más importante fue que la griega Georgia Kaltsidou no podía para la primera fecha.

Alexio recuerda que «[…] gran parte de la cancelación, porque esto se iba a hacer en noviembre, fue porque Georgia no podía en la fecha inicial.  No, esperemos a Georgia; ella dijo que está interesada en venir, pues corrámonos quince días para que ella pueda venir.  Aprovechemos».

Para el festival la asistencia de ella era necesaria por todo lo que representa a nivel del conocimiento de la cultura griega, al punto de que su país en el 2008 la destacó como Embajadora del Helenismo. 

Sin despreciar, por supuesto, su poesía,  que se enreda entre las realidades del ser humano y el existencialismo del hombre, que fácilmente se puede confundir en medio de vórtices de diferentes dimensiones que contraponen el ser con el deber ser.


«UN TEMA ADMINISTRATIVO LOCO»

El FILAG tiene las aristas que se le quiera encontrar.  La organización, el presupuesto, los artistas, la logística, los imprevistos, los apoyos.  Un todo para dos días de presentaciones.

El gerente, fue recordando uno a uno, los momentos más importantes, pero también los más difíciles antes y durante el evento.  No sin antes reconocer la ayuda permanente que le prestó Lina Marcela Velásquez Pinzón, Analista Servicios Culturales.


Lina Marcela Velásquez Pinzón, Analista Servicios Culturales del Banco de la República

Por lo que me contó el corre-corre fue impresionante.  «Hacer el contacto con la gente; envíeme la carta a los hoteles, ubicar los documentos para poder ingresar a los invitados a la base de datos. Un tema administrativo loco; dos de ellos eran extranjeros y no es lo mismo contratar a un extranjero que a un colombiano».

Después de que se habló durante varias semanas de que algunos escritores se presentarían en el municipio de Agua de Dios, nunca se pudo concretar.  Parece ser que los efectos de la grandiosa «Cumbre» también llegaron hasta esta preciosa tierra cundinamarquesa; lo que obligó a cancelar esta presentación.

El tema del trasporte también fue coyuntural; a quienes se presentaban en el municipio de Ricaurte había que transportarlos ida y vuelta, como es lógico.  Pero simultáneamente se presentaron otros compromisos inherentes al evento que también exigían un vehículo para movilizar a otros invitados.  Situación compleja que exigió que mientras el gerente llevaba a unos, Lina Marcela lo hiciera con el resto de participantes.


PUDO SER MÁS GRANDE…

El número de asistentes a eventos como los que organiza el Banco de la República, el Club de Lectura Girardot, Senderos y algún esporádico gestor cultural, aún me inquieta.  (Aquí hay que diferenciar entre lo que está en el plano netamente Cultural y actos de  entretenimiento que pretenden presentar como Culturales).

Preocupa un tanto,  porque siento que no crecemos en la medida que deberíamos, considerando el tiempo que se ha invertido para poder enamorar con Cultura a un número importante de ciudadanos.

A mi esa figurita de tener que agarrarse necesariamente  de los universitarios y llenar los auditorios con ellos no me convence.  No me agrada, no me gusta.  Siento que se está haciendo un rapto, un secuestro cultural, una desaparición forzada momentánea en donde el cuerpo se encuentra en un lugar, pero la mente se pierde entre las luces, las sillas y un escenario surrealista. 

Igual sucede con los colegios.  El estudiante llega «conducido» por los profesores y son escasos los que atienden voluntariamente.

Alexio en lo primero, lo del número de asistentes a esta clase de actividades, piensa diferente al poeta. Hablando de cómo se planeó el FILAG, él siente que «el ejercicio salió positivo.  Primero, porque insistían mucho en que teníamos que hacerlo antes de que salieran las universidades; y yo decía, bueno ¿y por qué las universidades?  Al que le gusta le gusta […] hagámoslo en una época fría […] Y los resultados en estadísticas para nosotros fueron buenos.  Setenta, ochenta, noventa personas; cien en Ricaurte».

Y a la larga si se revisan otras razones para justificar, entender o explicar el número de asistentes también hay que llegar al tema de los horarios.  No todo el mundo tiene las horas laborales, entre semana, disponibles para alimentar su espíritu con  mitología griega, poesía y conversatorios.  Creo que las hora  de los eventos también está influyendo en la calidad y el número de la audiencia.  

Pero la dimensión del evento también está sujeta a variables como el número de personas que aportan en la construcción y desarrollo del mismo y el recurso económico, como los elementos más sobresalientes para tener en cuenta.

«Entonces, independientemente de que esto pudo haber sido mucho más grande…pero hay que tener en cuenta algo: Es que esto puede ser mucho más grande cuando hay otra gente aportando.  Yo tengo que trabajar con ese presupuesto; le puedo decir a usted cuánto pudo haber costado esto”.  Alexio comenzó  a dictarme números.  El total de la inversión pasó por los ocho millones de pesos.  Un poquito más.

Continúa diciendo, “Entonces sí hay otras voluntades y otros recursos; y fíjese que a veces ni de plata sino de movilidad, por ejemplo. Si estos son proyectos de ciudad tienen que haber otras voluntades.  Y vaya usted venda este tipo de cosas a ver cómo le va.  La experiencia ya está, el curso ya está hecho […] Póngase a mirar Darío, cuántos éramos moviendo esto…tres personas.  Lina, yo y Ricardo […] ¿dónde está el recurso humano? […]».


LA GENEROSIDAD DE LOS ARTISTAS

Puede ser que el compromiso y emoción de los invitados contraste en algo con nuestra endémica apatía y enajenación espiritual.

Lo digo teniendo en cuenta las palabras de Alexio cuando de la incondicionalidad de algunos maestros hace referencia. «Y muchos de ellos también fueron generosos con su tiempo.  Muchos de ellos se podían haber ido ese mismo día o al otro día…y no, se quedaron haciendo el trabajo en unas zonas que no son las habituales.  En los bares, en el parque, en Ricaurte».

De Ricardo Muñoz también reconoció su entrega a la causa.  «Y también fue generoso él; porque yo le pagué dos días, pero estuvo como ocho días […] Dufay Bustamante y el pintor se hospedaron en el hotel La Barra».  Hecho para resaltar, señalando que Ángela Rodríguez, propietaria del hotel, facilitó la estadía de los invitados de manera desinteresada.

Ya como un acto por fuera del Banco de la República, enalteciendo la música y colocándola en un nivel sublime de improvisación y talento, por primera vez en el puerto se programó un encuentro de bandas musicales interpretando melodías que, como un cometa celeste, iluminaron el firmamento de los mortales, que escondieron por un instante sus miedos antes de despuntar el alba.

Entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre Girardot convivió con artesanos de palabras, fabricantes de imágenes, traductores de silencios, en una comunión que, por invisible para muchos, no dejó de ser real, valiosa y pletórica de belleza.


LOS INVITADOS

Ricardo Muñoz Izquierdo, ErnestoGutiérrez Barrero, y los poetas:

Gorgia Kaltsidou

ARTÍFICES

Se han reunido
los artífices de fama
para crear el mundo
que nos alimentará con bellotas
como los compañeros de Ulises
convertidos en puercos

que nos dará prestadas almas
facilitándonos en dosis módicas
la compra de nuestra muerte

que nos entregará generosamente
múltiples ideales usados
para ayudarnos a profundizar
en nuestra somnolencia

que reducirá nuestra angustia
informándonos a diario
sobre el estado de nuestra fe
que fortalecida en la Bolsa
saldrá a buscar más fieles

El modelo se diseñará
sobre patrones de subyugación
que espantará
al más feroz de los piratas

A cambio nosotros
dejaremos de luchar
en nombre de la libertad
y defenderemos la paz
con consignas poderosas
invocadas solamente
en recintos cerrados
de meditación

***
Teniendo siempre en mente
el bienestar de los humanos
los artífices del Mundo Nuevo
nos permitirán ser libres
para obedecer a los poderosos
haciendo de nosotros
ilustres hampones
en pos de supervivencia

Y con el afán de instalar
la escurridiza Justicia
en el Mundo Nuevo
sus benefactores
nos dejarán leyes
al vaivén de convenciones
para reunir alrededor de la hoguera
a los ilusos defensores
de la vida


SEMILLA

SI UNA SEMILLA HABLARA
Desde muy dentro diría
SE, MI , YA /
Si encuentra tierra hábil, apta
Está alla-ando
   Alla-ando, y acá también
y Cree ser, Creé ser,
creé en el ser que creé
y CRECE
y da ramas,
y te derramas por tubos
Que vanAciendo

   tu bosque         tu voz que
dará más
quedará mas
dara mas

dar a mas

dar amas?

SEÑAL DE HUMO

Releer esta carta
hecha de otros materiales,
contenida en un espacio
donde también nos vaciamos
como una cascada que funciona
armónica con el tiempo.
Éstas son las cosas que nos tocan.


BALDÍA LA TIERRA QUE NO ARDE

Abril como un incendio de tigres quema tu cuerpo madreselva
y el averno de viento aletea una niña de hojas y narcisos
nada queda en la savia de Deméter
ya se secaron sus pechos blandos
el tibio recuerdo de su retoño le enmudece el vientre
y la ausencia esparce su perfume negro
y la tierra se deshace en un sudario de polvo
y las hembras se arrancan el pelaje en sacrificio
vuelven a ser Eva, vuelven a ser tuya
arden en tu piel de primavera
duermen en tu lengua de serpiente
que humedecida de lunas
siembra sus bocas de peces


SÚPLICA A JULIO CORTÁZAR

Julio, es hora de que me vendas o intercambiemos
El poema donde aparece tu firma, el titulado “El encubridor”,
El que dice de un hombre
Que salió del país por “miedo del queso con ratón”.
Ese poema es mío y tú me lo robaste.
Y aunque hayas agregado en él
Que “un mismo espejo es todos los espejos”,
Con eso quieres encubrir el robo que me hiciste.
Devuélvemelo entero, no es justo
Que yo, y toda una generación, estemos en el anonimato por tu culpa.
La mañana antes de yo escribirlo
Salía de Colombia, todo porque en la casa
Tuve miedo del queso con ratón,
Fue el ratón más cruel de nuestra historia.
Quise encubrir con esa metáfora la violencia y el hambre.
Pero tú te apoderaste de él por un descuido mío
Cuando lo abandoné en un café del centro de Buenos Aires.
Ese poema yo lo comencé así:
                                      
                      Ese que sale de su país porque tiene miedo,
                      no sabe de qué,
                     miedo del queso con ratón,
                     de la cuerda entre los locos,
                     de la espuma en la sopa.
                          
                 Y tuviste el descaro de poner “Julio Cortázar” al final.
Lo escribí esa mañana porque en Colombia teníamos tanto miedo
Que veíamos espuma en la sopa y a hombres con una cuerda en la 
                                                                                         mano.
Tú nunca has tenido miedo, ni de tus propios bestiarios.
Devuélvemelo en intercambio por unas zapatillas rojas que te hacen
                                                                           bien al frío, ché,
Las usó James Joyce mientras escribía su Ulises.
Además yo lo escribí calzado con esas mismas zapatillas.
Es hora de que borres tu firma debajo de ese poema,
Si yo tuve miedo, tú sí deberías sentir mucha vergüenza del queso
                                                                                   con ratón.   


DESOLLANDO EL LLANTO

Yo que tengo por costumbre esta manía,
esta verborrea pegada
como cuero roto entre los labios,
yo que grito y berreo
hasta ponerme hinchado el corazón
y los puños morados
de tanto darle a nada y resentido.
Yo que me levanto a veces
con cierta repugnancia
arrinconada y susurrando,
tengo que decir,
que no es veneno lo que pasa
sino un sabor originario
que a veces nos pone a todos
de luto hasta los sueños.
Esto de tener que vivir como saliendo a escena
(como porfiando viento,
muecas de fastidio entre los ojos),
es apenas un motivo
para echarle fuego hasta la sombra.
La vaina sencilla de levantarme con fastidio,
de saber que vuelvo al ruedo aniquilando quejas
tiene cierta insistencia de aguja
punzado la carne
o cualquier cosa que posibilite un grito.
Es que crecer, de pronto,
con el olor de la sangre a ras de aliento
es como ponerse a recordar
lo echado a perder entre los sueños.
Que lo serio es esto;
ponerse a vivir como si fuera cierto.
Llevar del pescuezo y a rastras,
la sonrisa de hipócrita al trabajo,
ponerse a hacer familia;
abultar con cansancio las rutinas,
llegar como despierto hasta un domingo;
ponerse a mirar los días
como si fueran diplomas colgados en el pecho
y llorar, hasta reventar la sombra
como pompa de jabón entre los dedos.
Es que gritar así no lleva a cuento
sino a meras certezas de cuchillo.
Es esa rasquiña,
esa esquirla poniendo rojo el desespero.
Yo tengo esta manía,
este desagrado hacia el reloj de las esquinas,
esta gana de bajarme del mundo para siempre,
de ponerle tarjeta de vencido
a la mueca de amor que me vendieron.
Es que cargar de pronto
con tanto lío de silencios
perpetrando ciertas decepciones,
con el capricho de saludar amigos
y encontrar sorpresas como si fueran rostros,
le vuelve arisca el alma a uno,
le carga con fastidio las cobijas.
Yo tengo desgarrado algo
que se me sale, a veces, a maldecir los días;
la sensación de no hallarme,
la negación del tiempo
haciendo estragos en mis huesos.
Es que uno, a veces,
se levanta muerto
rajado a la mitad,
apenas floreciendo monotonías
y bostezando hastíos.
Es que uno, a veces,
se echa a podrirse
encima de contritos desalientos,
se nos eriza el compungido
o una gana de rompernos las entrañas
nos pone a mirar cualquier soledad con odio
hasta estallar lamentos.
Es que a veces, yo, como cualquiera,
enervado con ciertas cosas
que le sacan filo a la tristeza
me pongo en el oficio
de desollar el llanto.

Como poetas locales fueron invitados Irinarco Perdomo, Carlos Rodríguez y Jorge Castilla.  Además del nuevo colectivo Cinco Estaciones, que enriquece su presentación con música y narrativa.  Un espacio en donde pensar se hace indispensable.


BÁRBARA LEÓN GÓMEZ: «YUMA.  LITERATURA, POESÍA Y ALGO MÁS».

Bárbara León Gómez  

Otro evento cultural  que coloca un techo alto en el 2017.

Bárbara León Gómez, su organizadora.  La misma que camina apresurada con su cabello azabache arremolinado y díscolo, encadenada a su maletín atiborrado de proyectos, cálculos, libros y sueños pendientes por compartir.

El 16 de noviembre, los asistentes al auditorio de la Universidad Cundinamarca de Girardot tuvieron el privilegio de apreciar en un conversatorio a tres de los más reconocidos escritores colombianos.

Luz Mary Giraldo, poetisa, ensayista y profesora universitaria;  Edgar Sandino Velásquez, maestro de artes escénicas, investigador, coreógrafo, bailarín, director teatral y catedrático universitario; y José Luis Díaz Granados, novelista, poeta y periodista, de origen samario. 

Todos ellos cargados de premios, nominaciones, invitaciones internacionales, que explican la calidad de sus obras.

Dialogar con Bárbara exige proveerse de una resistencia especial porque el voltaje de esta mujer es extremadamente alto.  Ella misma reconoce, casi tímidamente, su intensidad por la Cultura.  ¡Y eso es lo que más me agrada de ella!

Cuando comenzó a hablar, encontrándonos en la biblioteca del Banco de la República,  lo hizo entre susurros, temerosa de molestar a quienes junto a nosotros leían, sumergidos en un maremágnum de palabras que se descolgaban de las márgenes, asfixiándolos  placenteramente.

Bárbara es veterana en las lides de la Cultura.  Curtida, cerebral, excesivamente organizada.


LOS INCONDICIONALES

Aunque normalmente Bárbara cruza rauda ante el tiempo,  solitaria, tiene compañeros, amigos, que le alcahuetean todos los proyectos que pueda imaginar. Al menos así ocurrió con «Yuma.  Literatura, poesía y algo más». 

Luz Mary Giraldo, una de las escritoras invitadas, es una persona muy cercana a ella y a su familia; Efraín Gutiérrez Zambrano, docente, poeta y filósofo, ayudó con la invitación de Edgar Sandino. José Luis Díaz Granados llega, afortunadamente digo yo, por el contacto que Luz Mary Giraldo hizo con él a petición de Bárbara León.

Por otra parte, aparece Jessica Muñoz, integrante del Club de Lectura Girardot, quien «constantemente estuvo».

Anderson Rodríguez diseñó el video y el afiche del evento.  Sebastián Leal, filólogo, fue un puente importante de contacto con la Universidad Cundinamarca.  Además de la participación de dos docentes del mismo claustro académico que colocaron como trabajo de estudio la lectura de libros de los escritores invitados.

La misma universidad facilitó 200 afiches publicitarios, seguramente aplicando  sugerencias de Lorenzo Uribe, quien amablemente aportó sus ideas para la divulgación del conversatorio.

Es toda una red la que se teje alrededor de un evento, que como este, reunió a escritores maduros, expertos, ricos en producción literaria, sensibilizando  al auditorio con    sus experiencias de vida, sus sufrimientos, sus exilios, sus estigmatizaciones y huidas.  Fue un momento encantador en donde la palabra se tomó pacífica pero efusivamente el auditorio de la Universidad Cundinamarca.


RESISTENCIA CIVIL

La expresión «resistencia civil» atemoriza a los reaccionarios porque la relacionan inmediatamente con violencia física o porque ven amenazados sus áreas de poder, principalmente en espacios políticos.

Bárbara León, en cambio,  la sugiere como un revulsivo que le demuestre a quienes por «mandato popular» fueron elegidos (figuras pétreas que ni de ornato sirven), que las comunidades se pueden empoderar de la Cultura con suficiente capacidad.

«Tiene que traducir en una resistencia civil ciudadana.  -Ustedes no son capaces de hacer, nosotros lo estamos haciendo- […]».  Sentenciando además que «tenemos que ser como esa piedra en el zapato; no que forme callo, sino que obligue a quitarse el zapato para sacarla y ahí poder andar».

Y pienso que precisamente es lo que está ocurriendo en este momento en Girardot.  Ya empezaron a nacer grupos, colectivos, alianzas, que juntando sus fuerzas alrededor de la Cultura, están demostrando que no hay por qué esperar a que los que están castrados culturalmente, terminen por castrar a todo el pueblo.

Por lo mismo «Yuma.  Literatura, poesía y algo más», puede parecerse demasiado a  un evento de Resistencia Civil que organizó Bárbara con su grupo de compañeros.  Sin la alharaca de los ególatras, sin la presunción de quienes necesitan figurar con elogios exagerados para mañana aprovechar su popularidad.  Con la valentía de los innovadores y emprendedores, ella ubicó en el escenario a tres grandes representantes de la literatura nacional e internacional.  Resistencia Civil, como lo apunta, «en defensa de la Cultura y sus manifestaciones».

Finalmente, haciendo un balance del 2017, coincidimos en que fue un año en donde la Cultura tuvo una preponderancia notable en relación a años anteriores.  Y eso se comienza a sentir, analiza Bárbara, porque «[…] toda la sociedad está ansiosa y necesita de estos espacios».


COLECTIVO CULTURAL SENDEROS

Colectivo cultural Senderos en sus comienzos.  De izquierda a derecha, Rodolfo Rodríguez Delgadillo, Elmar Darío Pautt Gutiérrez, Alexio Osorio Villegas, Angélica Araujo Lemus, Freddy Laverde y Armando García Yepes.

Este, como los demás proyectos, también es una suma de voluntades.  Ocho integrantes que lo único que tenían en común cuando aceptaron escuchar la propuesta de conformar un grupo que ocupara los espacios abandonados por el gobierno local y departamental, era su incondicionalidad con el arte y la Cultura. 

Cumpliendo en lo posible la Misión, trabajó principalmente con niños de escuelas y veredas aledañas.

Se presentó en sociedad el 18 de agosto con «Mil Almas.  ¡Es tiempo deCultura!»; un evento que conjugó teatro, música, danza clásica, conversatorio, lectura en voz alta, poesía,  durante doce horas ininterrumpidas.


Arte navideño terminado por los niños de la vereda San Lorenzo, en el departamento de Cundinamarca

Clausuró su actividad Cultural el 2 de diciembre llevando a la vereda San Lorenzo un taller de arte navideño.  Aproximadamente treinta niños, de seis a catorce años, tuvieron la oportunidad de aprender divirtiéndose; y de llevar un obsequio que alegrara sus horas de ocio.

Hay otros ejemplos de suma de voluntades que no relaciono en este artículo.  Pero que también aportan a la construcción de conciencia, respeto, tolerancia y amor a través de manifestaciones culturales.

Somos suficientes para apropiarnos con dignidad y convicción de la Cultura en Girardot.

Así mañana se nos señale por ¡concierto para construir!


Nota:  Habitualmente escribo con mayúscula inicial la palabra Cultura.  Es mi manera de imprimirle la importancia y prioridad que se merece.








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